Alberto Calderón P. / Una de las frases que acuñó el poder en turno dice: el pueblo no es tonto, el pueblo es inteligente y viendo desde esa perspectiva el mandatario tiene razón, como todos pensamos en un inicio que la corrupción desaparecería, que el bienestar y la igualdad de oportunidades sería más equitativa.
Nunca nos imaginamos que todo lo que no fuera propuesto por los llamados transformadores, sería descalificado, las propuestas y alternativas serían tratadas como retrógradas, del pasado, o planteamiento de conservadores, esa retórica que desprecia y acusa, sintiendo que todos los que no estén a favor de los llamados transformadores son enemigos, también eso cansa a este pueblo, decepcionado al ver tanta descalificación y ataques a los medios de información que nos son afines al poder, a la misma sociedad a otros actores políticos, a los grupos organizados, a las asociaciones y a los organismos autónomos con ataques feroces desde el púlpito, que si observan con detenimiento verán una mirada de odio hacia quien cuestione su pensamiento y propuesta.
Las leyes sirven para regular los acuerdos emanados de la sociedad pero si no están a favor de quienes hoy ejercen el poder, entonces son malas y hay que quitarlas, descalificarlas y sobre todo a quienes las hacen cumplir, es por ello que tiene razón el pueblo no es tonto, se cansa de esa constante agresividad, y esa obsesión de tratar de que todos piensen como el que ejerce el mandato, aquellas llamadas benditas redes sociales, cuando ya no convinieron que las voces de esa sociedad que cuestiona el actuar teórico y práctico desde esas tribunas, entonces tampoco son buenas, quisieron legislar para regularlas, olvidaron que la crítica también es propuesta.
“El pueblo no es tonto” como reiteradamente lo indica quien preside el mando, por eso las voces se manifiestan en las redes, los medios que señalan con información objetiva los aciertos pero también los errores del mando y los servidores públicos, de las legislaciones un ejemplo son la rendición de cuentas de sus actos, los ataques a las leyes y a los hombres que las representan. Hoy se ve como se dio la férrea defensa de candidatos que no cumplieron con las leyes al no rendir informes de sus gastos de precampaña, y se sienten ofendidos, perdieron a uno de sus alfiles tiene un negro historial por abuso sexual, otros acusados de pederastía, unos más buscados por su relación con el narcotráfico, esos no son los mejores hombres que gobernarán en los distintos niveles a nuestros ciudadanos, afortunadamente las leyes hoy se cumplieron.
Todos los partidos quieren asegurar posiciones de poder político y para lograrlo postulan figuras públicas: deportistas, actores, actrices, miembros que serán manipulados desde hilos que moverán como títeres a una gran cantidad de postulantes que lleguen a un puesto con el voto.
Pero lo realmente preocupante es la falta de principios ideológicos que debe ser uno de los fines de cualquier aspirante a un puesto de elección popular que represente a una plataforma política, sí me refiero a los llamados “Chapulines” que sin importar el partido ahora saltan de uno a otro sin escrúpulos, atacando lo que antes defendían.
Nunca es tarde para reflexionar sobre nuestro voto y ofrecerlo a gente que realmente se postula para dar lo mejor de si a la sociedad y no a quienes dicen tener la verdad absoluta. Usted votante tiene en sus manos el futuro inmediato de nuestra sociedad.
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