Anthony Hopkins tiene 86 años y por sexta ocasión ha sido nominado a un premio Oscar. Ya lo ganó en 1992 por El silencio de los inocentes. Las cuatro ocasiones posteriores tuvo pocas posibilidades de obtenerlo, pero en esta última, nominado por su magistral interpretación en la película El Padre, es seguro que se lo den. La película El Padre está basada en una obra de teatro, escrita por Florian Zeller y estrenada en París en 2012. Casi 10 años después el mismo autor dirige esta obra para cine, llevando en los papeles protagónicos a Anthony Hopkins y Olivia Colman.
La historia se basa en un padre anciano y su hija de mediana edad que tiene que lidiar con las alucinaciones del padre que a ratos pierde la noción de su realidad, o que vive en su propia realidad. La interpretación de Anthony Hopkins es magistral. Hay una escena, una escena que bastaría para que le dieran la estatuilla de Hollywood.
La pareja de su hija lo acosa, fastidiado de las impertinencias del anciano. Le pide que ya deje en paz a la hija, su pareja. Se acerca demasiado y le da de bofetadas al anciano que ni siquiera reconoce al sujeto. Entonces Anthony (que así se llama el anciano) llora como un niño, indefenso, buleado, frágil, dislocado. Al espectador le dan ganas de meterse a la pantalla para detener el abuso, porque las lágrimas del actor y los gestos son tan reales. Sin duda el Oscar será para Sir Anthony Hopkins, sin importar quienes sean los otros nominados.
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