Ante ese riesgo, el Gobierno del Estado, impotente, acorralado por los propios ciudadanos, no ve otra salida que quitarse de encima a la competencia. Rogelio Franco Castán, Gregorio Gómez y Nicolás Ruiz son la prueba de que este gobierno de Morena no espera a perder para arrebatar. La poca claridad de los delitos de que se les acusa; el apelar a “ultrajes a la autoridad” como una excusa para mantenerlos detenidos, y el hecho de ir por ellos, precisamente ellos, aspirantes a un cargo de elección popular, en los municipios o distritos donde seguramente ganarían.
Esto es Morena, y se espera que los ciudadanos se den cuenta de la tremenda represión que se está llevando a cabo por la tiranía de unos ineptos, de unos “lamecazuelas” que nunca debieron haber llegado a un puesto de poder; porque el poder los ha enloquecido.