Al bajar de la camioneta el joven dijo que ya iba mareado, que no le respondían las piernas. Llegó a la habitación y sólo había una cama; recordó que el diputado le dijo que iban a estar cada uno en su habitación. Se recostó en la cama porque se sentía mal. Alcanzó a ver que el diputado salió desnudo del baño, le bajó los pantalones, estimulo su pene y se montó en él.
El joven no podía hacer nada, al parecer por la droga que le habían dado en la bebida. Cuando despertó en la madrugada recordó lo que había pasado y salió a la recepción donde pidió ayuda. Los policías que respondieron al llamado del 911 no le quisieron creer. Sólo después de que hablaron con la madre, acudieron a la habitación donde el diputado Saúl Huerta seguía desnudo.