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Sofía Martínez Huerta, por prestarse a los juegos del Bola 8 terminará vendiendo Avon; la inhabilitan 5 años para cualquier cargo

La magistrada Yolanda Cecilia Castañeda tiene muchos méritos como parte del Poder Judicial de Veracruz. Uno de ellos, cuando a Edel Álvarez Peña lo hicieron magistrado, ella soltó la magnífica frase: «Ya cualquier pendejo puede ser magistrado». Su segundo mérito. El lunes 2 de diciembre todos los magistrados paleros del Poder Judicial felicitaban a Sofía Martínez Huerta, la impuesta presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz.

Pero la magistrada Yolanda Cecilia no lo hizo, antes bien, frente a los micrófonos de los reporteros sentenció: «Cualquier tarugo llega a magistrado, pero ahora hay que agregarle que cualquier tarugo o taruga llega a la presidencia del Tribunal, esto fue una puñalada a los veracruzanos, el Poder Judicial se está hundiendo y se va hundir más, lo van a ver ustedes». Y se hundió. Menos de dos años después, la impuesta presidenta del TSJ fue destituida y ahora inhabilitada.

¿Cuál fue su pecado? No entender que quienes la impusieron, el secretario de Gobierno y Gómez Casarín, sólo la querían como títere para hacer del Poder Judicial un balneario donde pudieran mostrarse desnudos y que nadie acusara sus defectos. Ahora, la destituida Sofía Martínez Huerta no podrá ocupar cargos públicos en 5 años; no le extrañe que un día toque a su puerta para venderle Avon.

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