La democratización del SNTE, considerado como el sindicato más grande América Latina, en este momento se encuentra en impasse, un punto muerto que al menos no se moverá hasta después de las elecciones intermedias del 6 de junio. La insistencia de grupos afines a la poderosa líder magisterial Elba Esther Gordillo, tendrán que valorar el calendario político no escrito, pero que impera en nuestro país. La determinación de Alfonso Cepeda de seguir al frente del SNTE hasta el 2024, ha sido hasta cierto punto avalada por el propio presidente de México.
El manejo el doble discurso por parte del Gobierno Federal se hace presente. Por un lado, el presidente habla de elecciones libres y democráticas en el sindicato magisterial más grande del país y, por otro lado, no conmina a la actual dirigencia a que hagan los arreglos pertinentes para la renovación de la dirigencia nacional.
Lo cierto es que este 6 de junio no sólo se juegan el futuro algunos partidos políticos y sus candidatos, sino que de los resultados dependerá el futuro de varios líderes sindicales, incluido el del propio Alfonso Cepeda. Ese tortuguismo y esa tibieza complaciente con una dirigencia sindical, considerada por muchos como espuria, tenga por seguro que se verá reflejada en las urnas. ¡No hay de otra, habrá que hacer sentir el voto del maestro!
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