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Ricardo Ahued lo sabe

Jorge Flores Martínez / Pienso que Ricardo Ahued hará lo que esté en sus manos para ser candidato por Xalapa, pero también pienso que no le molestará mucho no lograrlo y tener que regresar al senado por los tres años que le restan. La vida de senador es mucho mejor que la de alcalde de una ciudad endeudada, empobrecida y con ciudadanos muy desantendidos. Además, no contará con recursos como con los que contó cuando fue alcalde ni el apoyo del Palacio del otro lado del parque Juárez para lo que se ofrezca.

Pero aún así, en caso de ser el candidato por Morena, es seguro que ganará haciendo una campaña mínima y sin mucho esfuerzo, cuenta con el apoyo y el reconocimiento de los xalapeños. El asunto importante es la misión que le encargaron a Don Ricardo, ese asunto que realmente es la preocupación y ocupación para la Cuarta Transformación, y es el verdadero motivo del regreso del Senador Ahued a estas lastimadas y muy ofendidas tierras.

Dejemos a un lado eso de que el partido buscará al mejor candidato para gobernar la ciudad y lo hará con base a la experiencia y trayectoria de sus mejores hombres y mujeres entre sus filas, de la mano con las bases comprometidas del partido y con el apoyo de la sociedad. Todo eso es puro rollo, créanme, los partidos políticos no buscan a los mejores hombres y mujeres, solo les interesan los que tengan alguna posibilidad de ganar y sean más marrulleros y llegadores. El caso de Ricardo Ahued es una anomalía, es un muy buen perfil como candidato, tiene experiencia, trayectoria y cuenta con el apoyo de la sociedad. Tan cuenta con el apoyo que es Senador de la República y lo hizo con una extraordinaria votación.

¿Pero de Senador a Alcalde?

Su misión es arrastrar como un podersoso tractocamión a los candidatos a diputados federales y locales de su partido: Rafael Hernández Villalpando y Claudia Tello son una pesada carga; Rosa Linda Galindo y Ana Miriam Ferráez también, pero un poco más pesada.

No lo duden, en Palacio Nacional les tiene sin el menor cuidado el bienestar de los xalapeños, el cálculo es meramente electoral, esperan que Ricardo Ahued ayude a lo que más le importa y lo único que realmente le preocupa al presidente; mantener la mayoría en la Cámara de Diputados. Todo lo demás que bueno si se gana, pero si se pierde, no le hace. La Cuarta Transformación se juega todo en San Lázaro y no en un olvidado Palacio Municipal de provincia.

La oportunidad de los candidatos a diputados federales y locales por la Alianza PAN-PRI-PRD es interesante, pueden tener buenos resultados y quitarle lo que más le duele tanto a López Obrador como a Cuitláhuac García, su muy cómoda mayoría en el Congreso. Créanme, no es poca cosa.

Américo Zúniga, Adolfo Mota, Lilian Cerecedo y el que falta por definir, tienen oportunidades ante los candidatos del oficialismo, de verdad que no está tan difícil, solo resta que entiendan a quiénes deben hablar y qué deben decir.

Seguramente entender que son oposición serviría de mucho. La oposición está para señalar lo que se está haciendo mal y cómo se debe corregir. También les ayudaría salirse un poco de los temas de siempre, tomar una serie de mensajes sencillos, claros y contundentes. El votante recibe miles de mensajes diarios. ¿Cómo sobresalir entre tanta información? Se acuerdan de: “Este avión no lo tiene ni Obama”, pues así.

Hablen del alza en los recibos de la CFE en el último año, del aumento en el precio del gas, hablen del descuido de los espacios públicos de la ciudad, del nulo apoyo a miles de jóvenes para seguir estudiando a distancia durante la pandemia. Hablen de la inseguridad, del miedo de las mujeres a salir y ser violentadas o maltratadas. Hablen de la falta de oportunidades de trabajo para los jóvenes, y sobre todo, para los hombres y mujeres de más de cuarenta años.

Hablen sencillo, hablen poco pero claro, hablen, pero sobre todo escuchen, sean humildes para escuchar, sean sencillos para conmoverse de la difícil realidad de la mayoría de los xalapeños, y tengan la franqueza para decirle al que le piden su voto que no le pueden fallar y no le van a fallar.

Si los candidatos Aliancistas pueden lograr lo anterior, se convertirán en motores que le darán impulso a David Velasco a ganar. Es la teoría de las compensaciones, Ahued tiene que remolcar peso muerto y David Velasco podrá apoyarse en sus candidatos.

Solo recuerden, lo que se juega es la Cámara de Diputados. Todo lo demás son premios accesorios.

Y eso Ricardo Ahued lo sabe.

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