Fue en ese momento cuando supo que esperaba un bebé. Fue en ese momento que se percató que la familia de su novio, al igual que su pareja, no querían que el bebé viniera al mundo. La familia de su novio la presionó para que interrumpiera el embarazo, porque esto podría perjudicar sus vidas. “Lo pensé al principio, pero iba en contra de todo con lo que me criaron”, dijo Skye, antes de marcharse de regreso a casa.
En medio de su desesperación, y sin saber bien qué hacer, le contó a su madre. La joven viajó más de 4 mil 800 kilómetros de distancia para regresar a casa. “Fue mucho el recorrido”, expresó la joven, pero después de todo valió la pena. Ahora cuenta con su hija y su familia está más unida. Relata que su expareja la intentó buscar, pero ella le marcó una línea. “Un hombre que dice que no quiere tener a su bebé no es una persona que valga la pena”, señaló.