Bernardo Gutiérrez Parra / Recordarás lector que el pasado lunes el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, se sacó de la manga un documento llamado “Acuerdo por la Democracia 2021” y lo leyó frente al gobernador y reporteros que asistieron a la conferencia de prensa en Palacio de Gobierno.
El Acuerdo, que es un refrito de anteriores Acuerdos, se hizo sobre las rodillas y estuvo mal refriteado. Pero eso es lo de menos, el problema es que no contó con el consenso de la sociedad porque simplemente la ignoraron. Se redactó en la soledad de una oficina, pero se mandó a todas las organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos con el fin de que se adhirieran “voluntariamente”.
Ignoro cuántos organismos han dicho sí de buena fe al papelito, cuantos han dicho no y cuántos han aceptado firmarlo “voluntariamente”.
Hoy lunes 21 de marzo los dirigentes estatales del PAN Joaquín Guzmán Avilés; del PRI Marlon Ramírez Marín y del PRD, Sergio Cadena Martínez, le harán llegar al gobernador Cuitláhuac García una misiva donde fijan su postura.
En ella le dicen que con instituciones consolidadas como el Organismo Público Local Electoral, y todo el andamiaje que la democracia ha construido con el concurso de gobernantes visionarios y líderes políticos de oposición, ha sido realidad la tan anhelada regularidad democrática, ejemplificada en el acceso al poder de todas las fuerzas políticas legalmente constituidas e incluso, de candidatos por la vía independiente.
Basados en lo anterior se oponen a lo que represente una regresión autoritaria al pasado, “razón por la que le expresamos que el acuerdo de voluntades como usted lo plantea, emulando al Ejecutivo federal, ya se encuentra consagrado en la Constitución General de la República y en la Constitución del Estado de Veracruz, por lo que creemos que si el Ejecutivo a su cargo cumple la ley en lugar de suscribir un convenio, será suficiente para garantizar la democracia en Veracruz”.
Y es verdad, bastará con que el gobernador y su gente, principalmente el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, dejen de hacer proselitismo político y de amenazar a alcaldes y candidatos opositores, para que el proceso electoral se lleve en santa paz.
Y así se lo hacen saber. “Le hacemos un respetuoso, pero enérgico exhorto a que los integrantes del Poder Ejecutivo se conduzcan conforme a derecho, sin trastocar libertades o la autonomía institucional del Estado Veracruzano”.
¿Atenderán este reclamo Cuitláhuac y su palomilla?
Los líderes de los tres partidos le recuerdan que desde julio de 2019, la oposición propuso construir un acuerdo con tiempo suficiente y con la participación de todos los sectores de la sociedad: “que hoy, a 75 días de la jornada electoral, nos tendría ya con un estado inclusivo y no limitativo; soberbio y represor como en el que nos encontramos, donde quienes deberían procurar el diálogo entre la sociedad y el gobierno, amplían mediante su mayoría en el Congreso del Estado los mecanismos para someter a quienes no pensamos igual, y no celebramos el fracaso en el que se ha convertido Veracruz”.
Tras reafirmar su compromiso de cumplir con la normatividad en el actual proceso electoral, de manifestar que esperan lo mismo del gobierno estatal y expresar su confianza en el OPLE y el INE, le soltaron un pescozón al señor gobernador:
“Se lo decimos como nos lo dice la sociedad veracruzana: no firmaremos un acuerdo con quien no estamos de acuerdo, porque como veracruzanos no nos llena de orgullo el rumbo en el que llevan al empleo, a la seguridad, a la salud y al bienestar de los ciudadanos. Por su interés después de dos años de ignorarnos, muchas gracias”.
¡Sopas!
¿Se están saliendo del huacal el PAN, PRI y PRD? No, porque nunca han estado en el huacal de Morena.
Pero sus dirigencias (lo mismo que la mayoría de los veracruzanos), saben que el primero en mandar al bote de la basura el Acuerdo por la Democracia 2021, es el propio gobierno estatal al infringir la ley electoral un día sí y otro también.
Ese Acuerdo es letra muerta si quien menos lo respeta es quien lo leyó. Me refiero a Eric Cisneros, que sigue muy activo mostrando el puño a quien no acate sus órdenes. De ahí que los tres partidos hayan dicho no, gracias.
¿Qué viene para ellos cuando se están negando a obedecer una “invitación voluntaria” del partido en el poder? No es difícil imaginarlo si tomamos como base que los morenos aprendieron y muy pronto, cómo reprimir a la oposición.
Una cosa es segura; independientemente de que estas serán las elecciones más competidas de la historia, también serán las más sañudas y virulentas porque, reitero, el gobierno de Cuitláhuac García tiene metidas las manos hasta los codos en el proceso electoral.
Partiendo de esta premisa, hay que rogar a Dios porque no vayan a resultar las más feroces y encarnizadas. Porque de ser así Cuitláhuac y su palomilla tendrán que responder ante la historia, pero antes deberán hacerlo ante la justicia.
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