En el altiplano de Bolivia una historia ha causado terror entre la gente. Entre la población se supo que un joven había desaparecido en el mes de diciembre. La policía inició una investigación dando con que cerca del domicilio donde vivía el desaparecido había un brazo de hombre; la extremidad pertenecía al joven desaparecido. Ante las evidencias concluyeron que el asesino debía de vivir cerca del occiso. Señalaron que no pararían hasta encontrar al culpable. Antes de que continuara la investigación, un sujeto declaró ser el culpable de asesinar a su hijastro. El hombre confesó haberlo matado a martillazos e indicó que la víctima de 23 años, abusaba físicamente de sus hermanos.
Después contó que una vez muerto continuó descuartizándolo. El hombre señaló que lo descuartizó con ayuda de sus tres hijos de 6, 14 y 12 años. La policía dijo que el detenido mató a su hijastro con dos golpes de martillo en la cabeza y luego lo descuartizó con la cooperación de tres de sus hijos. Algunos restos de la víctima fueron llevados por el sujeto y los menores a un río cercano a su domicilio en la zona de Llojeta, en la parte oeste de la ciudad, mientras que otras partes fueron semienterradas cerca de la vivienda.
Cuando la policía cuestionó al asesino sobre porque le había quitado la vida a su hijastro mayor, este dijo que se encontraba cansado por la actitud que la víctima adoptaba en relación a los hijos menores, quienes indicaron que eran abusados sexualmente por su hermanastro.
Comentarios