En el tiroteo murieron cuatro personas de origen asiático, además de una mujer y un hombre blanco. En la masacre un hispano resultó herido de gravedad. Después del tiroteo las autoridades dijeron que, con base a las grabaciones de seguridad, identificaron a Robert Aaron Long como sospechoso de los ataques realizados. “Estamos trabajando estrechamente para confirmar con certeza que nuestros casos están relacionados con el mismo asesino”.
Los familiares de las víctimas se encuentran devastados, sumergidos en un inmenso miedo por ser de origen asiático. El presidente de los Estados Unidos emitió un comunicado donde dijo: “Estos perversos crímenes de odio contra los asiático-estadounidenses que han sido atacados, hostigados, acusados y tomados como chivo expiatorio está mal. Y debe detenerse”.