Las grabaciones que circulan en algunos medios, donde se escucha a la esposa de Franco Castán, amenazándolo y señalando que está dispuesta a todo por acabar con él, no tratan de justificar al sujeto en caso de que éste haya cometido violencia familiar. Las grabaciones lo que hacen es poner en evidencia a una persona enferma que, por encima de sus propias hijas, su familia, sólo busca satisfacer sus ambiciones políticas y económicas. Por supuesto, lo que ha hecho Guillermina Alvarado no es nada nuevo.
En algún momento el periodista Salvador Muñoz reportó lo siguiente: «La nota de Guillermina Alvarado es como reciclado. Eso pasa desde hace 15 años, y siempre se retracta. Le saca raja y se echa para atrás. Siempre hace lo mismo y hasta se recuerda cuando estaba Enrique Romero Aquino en el PRD estatal. Ella llegó con la nariz fracturada y múltiples moretones en el rostro y el resto del cuerpo. Se le dio todo el apoyo y al final del día se retractó y apareció con una cirugía plástica de nariz, diciendo que todo era cuestión de estética».
Es obvio que la señora se deja utilizar, hace un tiempo por Sergio Rodríguez, procurador ambiental, ahora se pone al servicio de un gobierno sin escrúpulos, que está dispuesto a lo que sea con tal de quitarse de encima a sus adversarios políticos.
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