Sofía Martínez Huerta se creyó que eran sus méritos los que la colocaron en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia. No entendió que a ella sólo la estaban utilizando. Juan Javier Gómez Cazarín, Éric Cisneros y el mismo Eleazar Guerrero quería poner a una magistrada pelele para acceder a los recursos del Poder Judicial, que no son pocos. La magistrada Yolanda Cecilia Castañeda de alguna manera se lo advirtió, cuando se opuso a su nombramiento.
Pero una vez en el poder Sofía Martínez se creyó que todo el presupuesto estaba a su disposición, y empezó a colocar a su gente, olvidándose de aquellos que la impusieron, primero en una magistratura inmerecida, después en una presidencia más inmerecida. No calculó Sofía Martínez que los que la pusieron, de la misma forma podían quitarla; y la quitaron.
Ahora, como Sofía Martínez no acaba de entender y sigue pugnando para que la regresen al cargo, el trío siniestro que la impulsó, se le va al cuello con todo lo que tiene y por ello ya se prepara el juicio político en contra de esta pobre mujer. Ya le quitaron la presidencia, ahora le quitarán su magistratura; y si le sigue moviendo, le van a quitar la libertad. Para eso querían el control de todo, para hacer con el poder lo que les viniera en gana. Esta es la actitud de la Cuarta Transformación.
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