Francisco de Luna / Xalapa, Ver. Aurea Guzmán Pérez, desde hace diez años emprendió la búsqueda de su hermano Ricardo desaparecido en la ciudad de Xalapa. Ella, desde entonces carga con la fotografía de su familiar con la esperanza de poder localizarlo.
La vida de ella, como la del resto de los integrantes de sus familiares, se ha convertido en un drama. Muchas noches sin dormir, días sin comer, años de angustia y de espera. «Es como una dimensión desconocida para muchos», relata mientras sostiene firmemente una palca con la imagen y datos de su hermano.
Ha comenzado a prepararse para que el día 12 de marzo de este 2021acudir a la Dirección de Servicios Periciales en la capital veracruzana a reconocer restos por medio de fotografías, ver tatuajes, ropa, zapatos, identificaciones y demás pertenencias.
«Es doloroso ir a ver cosas, sales con la boca amarga, sin ganas de comer nada. Es difícil ver cosas que no», dice la señora Aurea a quien se le observa cansada y llena de angustia porque desde hace diez años no logra saber de su hermano Ricardo.
«Si falleció al menos sabes dónde rezarles, dónde llorarles, pero los que no, entonces es un dolor constante, una agonía de por vida».
Así, casi con voz tenue y a punto del llanto, es como Aurea Guzmán narra a eso que varios llaman “sentimientos encontrados”, al recibir la noticia de un familiar desaparecido.
«Dañan a cada uno de sus integrantes. Te sientes en shock. Te vuelves loco porque no sabes a dónde salir a buscarlo, ni a quién pedirle ayuda».
Desde el 27 de octubre 2011, Ricardo Guzmán Pérez desapareció. En ese entonces él tenía 33 años de edad.
«Las familias por miedo, se alejan o creen que anduvo en malos pasos y que por algo les pasó. No es mi caso, porque mi hermano era una persona trabajadora, responsable» y trabaja como mesero.
Los días de angustia son prolongados, «no duermes bien, no comes bien. Lo que quieres es salir a buscar como loco a tu ser querido, pero es difícil», explica durante la entrevista en la ciudad de Xalapa.