Sin embargo, el SNTE ha guardado un silencio sospechoso, un mutis supeditado a la voluntad presidencial. La actual dirigencia sindical sabe que no es conveniente abrir de más la boca ni mucho menos intentar movilizar a las bases, acciones como esas serían un suicidio político, especialmente para Alfonso Cepeda Salas, él sabe que contradecir al inquilino del Palacio Nacional significaría su pronta salida frente a las riendas del SNTE.
Por razones como esas, es que los maestros no deben de esperar ni creer que este próximo mes de mayo tendrán un digno incremento salarial, la Comisión Negociadora sólo emulará los pasos de la inefable Soralla Bañuelos de la Torre, quien nada más se la pasa simulando, como prueba de ello es que ha preferido mandar una queja ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)) que emprender una verdadera lucha legal, en otras palabras, es una verdadera charada simuladora.