A Emma Coronel la dejó bien cobijada el narcotraficante Joaquín Guzmán Salazar, mejor conocido como El Chapo. Emma Coronel no tenía necesidad de trabajar ni de meterse en líos, pero el afán del Chapo de seguir controlado parte del tráfico de estupefacientes la involucró como su representante. Ahora Emma, quien podría disfrutar de todos los lujos del mundo, se encuentra en una prisión de Virginia en Estados Unidos. Esto le preocupa a la abogada de Emma Coronel, quien ha declarado lo siguiente sobre su clienta:
“Se la pasa con mucho frío. Solo tiene una cobija muy finita. He pedido que le den otra cobija y no se la quieren dar, no le quieren dar chamarras o abrigos para ella poder sentirse un poco más caliente. No le permiten bañarse diariamente. Esta semana pasó cuatro días corridos sin poderse bañar. Duerme con las luces encendidas, están prendidas las 24 horas del día. No le venden agua embotellada, solo le permiten tomar agua de la llave, pero el agua sabe tan repugnante que el otro día que intentó tomar le dieron náuseas y la vomitó”.
No, pues si Emma hubiera querido una prisión de lujo, mejor se hubiera entregado a las autoridades mexicana para que le pusieran una suite como a Emilio Lozoya.
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