Arturo Reyes Isidoro / Hace casi un mes, el 9 de febrero, el senador Ricardo Ahued confirmó a través de sus cuentas de las redes sociales que tres días antes se había inscrito como precandidato a la alcaldía de Xalapa, por Morena, “atendiendo la invitación de mujeres y hombres militantes y simpatizantes”, aunque “reconociendo que habrán de inscribirse al mismo cargo otras y otros compañeros ejerciendo su legítimo derecho”.
Dijo que esperaría la “deliberación del partido” y que sería “respetuoso del resultado para elegir quiénes de los aspirantes deciden que los representemos a tan digno cargo”. Se advertía que se expresaba con prudencia, seguramente producto de su experiencia y de su conocimiento del medio político en el que se ha desenvuelto por muchos años.
Dejaba claro que se inscribía atendiendo una invitación (públicamente se lo habían pedido el 18 de enero los diputados Juan Javier Gómez Cazarín, Dorheny García Cayetano, Rosalinda Galindo Silva y Miriam Ferráez Centeno), pero no decía que él hubiera tomado la iniciativa por el gusto o el interés de hacerlo, ni que necesariamente sería el candidato; que respetaría la decisión de Morena sobre quién debía ser.
Previamente, una serie de rumores había acompañado la especie de que sería el abanderado y en las redes sociales sus simpatizantes lo instaban a no aceptar para, le decían, que no fortaleciera a Morena; que se esperara para que mejor fuera candidato a la gubernatura en 2024, pero independiente. La confirmación de su registro le valió críticas tanto en las redes sociales con en varios medios.
Quiero pensar que su cautela fue porque sabía que diversas corrientes de Morena no lo veían como uno de los suyos (aquí había publicado antes que era el único que los unificaba, pero en su contra, porque así me lo habían expresado en forma personal representantes de las diversas tribus) y que la sola invitación de los diputados no era ninguna garantía de que tendría allanado el camino, lo que se acaba de confirmar.
El sábado pasado, la que parecía una postulación tersa, sin contratiempos, a su favor, se puso en duda cuando la base militante (militantes, simpatizantes y delegados) se pronunció en contra de otorgarle la nominación. Ello ocurrió en una reunión celebrada en la Casa Morena Xalapa (colonia José Cardel) con aspirantes y candidatos a cargos de elección popular del municipio y de los distritos con cabecera en Xalapa, a la que no asistió.
La que sí asistió fue la diputada federal Dorheny García Cayetano, pero abandonó los trabajos y se salió antes de que fuera objeto de críticas de sus compañeros de partido, quienes la acusaron de que no ha hecho nada significativo y que lo único que ha tenido ha sido suerte.
También hubo críticas para el diputado presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, por la serie de tropiezos del año pasado, en especial por el rechazo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la Reforma Política.
El encuentro tuvo como objetivo, según la invitación que se hizo, “promover la unidad política a través del debate ideológico”, para “exponer sus coincidencias y compromisos con el partido Morena”. Ahí, faltando menos de cien días para las elecciones, afloró la inconformidad y el desacuerdo y los representantes de los colectivos o brigadas de la base territorial se declararon prácticamente en rebeldía, de acuerdo a versiones de asistentes al cónclave, dignos de todo crédito para el columnista.
“Hay irritación y molestia por la invitación que le hicieron los diputados sin consultar a la base”.
Invitarán a Zepeta para que los escuche
Uno de los acuerdos que se tomó fue invitar para este fin de semana a Esteban Ramírez Zepeta (aunque no lo reconocen formalmente como delegado con funciones de dirigente, pues señalan que no ha presentado ningún documento formal que lo acredite) para que asista a otra reunión y los escuche, aunque mostraron reservas de que quiera asistir.
Según las fuentes, en la sesión de trabajo se dijo que Morena tiene militantes que están probados, que son capaces y que no necesitan de ningún candidato externo para ganar; que tienen los cuadros y la estructura territorial, el “gran valor” heredado de Andrés Manuel López Obrador, y que necesitan militantes probados porque su proyecto trasciende la elección municipal pues está enfocado, sobre todo, a lograr la unidad y el acuerdo para enfrentar con éxito la sucesión de AMLO y de Cuitláhuac García Jiménez en 2024.
Dijeron que también la base, los verdaderos militantes, ya tienen la amarga experiencia del actual gobierno, en el cual fueron desplazados. En la reunión habría habido críticas por el mal desempeño de la actual administración.
De acuerdo a las versiones, se expresó respeto por la persona del senador, “pero queremos compromisos muy claros, de coincidencia política y él trae una agenda personalísima, no de Morena, no ha acompañado al partido”. Se habrían quejado que los principales espacios en su proyecto no los ocupan los militantes de Morena. Dijeron que quienes han participado desde el principio en la fundación de ese partido, “desde muy abajo”, se sienten desplazados y molestos.
Estarían haciendo campaña en su contra
Por otra fuente, “Prosa aprisa” obtuvo la versión de que las brigadas de la base territorial están recorriendo las colonias promoviendo la imagen del presidente, haciendo resaltar los beneficios de sus programas sociales, y de paso promoviendo los nombres de algunos aspirantes, pero descalificando al senador.
Los promotores irían a las casas de quienes han sido beneficiados, por lo que no se trataría de un hecho casual, sino de una acción concertada.
Otra reunión entre la militancia inconforme habría tenido lugar el domingo, en un espacio de la calle Justino Sarmiento, aunque no se sabe qué fue lo que se trató.
Pero entre morenos circula otra versión: que el propio gobernador estaría cabildeando en la Ciudad de México para que no sea postulado, pues cercanos suyos lo habrían convencido de que no le conviene que llegue ya que si compite y gana la gente lo vería como un gobernador alterno, que le quitaría toda la atención y que el palacio municipal sería el centro político, con los consiguientes reflectores mediáticos.
Que los diputados locales habrían hecho la invitación por indicación suya, pero porque se lo habrían pedido del Comité Ejecutivo Nacional de su partido y que habría accedido para que le dieran a cambio el control de la dirigencia estatal y para no ahondar su enfrentamiento con el dirigente nacional Mario Delgado, con quien su relación es muy endeble luego de que apoyó a su contrario, Porfirio Muñoz Ledo, en la disputa por la presidencia del CEN.
Todos los partidos políticos tienen hasta el próximo mes para definir y postular formalmente sus candidatos.
Esteban Ramírez Zepeta y Juan Javier Gómez Cazarín, las cabezas visibles en el control de la dirigencia de Morena, de la corriente del gobernador, tienen varias semanas para tratar de sofocar el motín a bordo que se ha declarado y sacar avante la candidatura del senador Ahued, si es que esa es su verdadera intención y si no es cierta la versión sobre lo que se dice de su jefe político.
Claro, también habrá que esperar la decisión personal del legislador, quien seguramente está evaluando las circunstancias y la conveniencia o no de participar. Por lo pronto, habrá que esperar el resultado de la próxima reunión en la Casa Morena Xalapa.
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