Natsumi Tsuji, una niña de once años, nacida en Japón, invitó a su víctima Satomi a un salón vacío para presuntamente enseñarle un nuevo juego. Después, al estar solas, Natsumi le dijo que se pusiera una venda en los ojos y se amarrara las manos. Le dijo que iba a morir. Satomi Mitarai, de 12 años, no salió huyendo porque pensó que todo se trataba de un juego. Entonces, Tsuji le cubrió los ojos con una de sus manos y clavó un cúter en su cuello.
La niña de once años dejó que su amiga falleciera desangrada. Cuando la policía llegó al lugar la niña dijo que lo había hecho porque la había llamado gorda. Dijo que detestaba que le dijeran gorda y por eso terminó con la vida de su amiga.
Uno de sus compañeros tomó varias fotos que la policía prohibió en Internet, sin embargo, existe una que hasta el momento no se sabe si es una imitación o se trata de la verdadera imagen de la niña posando orgullosa de su crimen.
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