Los académicos y trabajadores del Colegio de Veracruz se preguntan, ¿dónde quedó el discurso de Mario Mijares, quien asumiera la responsabilidad del Colver. Este sujeto, lacayo de Atanasio García, dijo que se habrían de mejorar las condiciones del Colegio, no sólo en infraestructura si no en un ambiente de trabajo digno para los trabajadores de base del Colegio. Pero qué hizo, dejo que el Colver se convirtiera en un burdel, donde funcionarios de alto rango del gobierno de Cuitláhuac García colocaron a sus “amiguitos” y “amiguitas”.
Para empezar, el actual subdirector administrativo del Colegio de Veracruz, Jesús López Camarena, un personaje que se ha dedicado a hostigar, amenazar, amedrentar al personal administrativo y docente del Colegio de Veracruz se asignó un salario nada despreciable de 40 mil 195 pesos mensuales, mientras que su antecesor Álvaro Merlín, a quien acusara de pagarse salarios estratosféricos, ganaba únicamente 31 mil 050 pesos como consta, según información obtenida del portal INFOMEX.
Esto no es todo, también Jesús López Camarena asignó a su amiga Laura Bello Reyes un salario de 40 mil 195 pesos como Subdirectora de Vinculación, cuando en la anterior administración su antecesor David Cardenas ganaba 31 mil 050. Esto no es todo, en las jefaturas de departamento ocurre algo similar, mientras los jefes de departamento, que no son sus recomendados, ganan entre 16 mil y 22 mil pesos, los recomendados por parte de Camarena, como son Elías Galicia Montero (hijo del dueño de la UNICLAES) gana como jefe de departamento de Comunicación Mediática y Estratégica (un centro académico con estos departamentos que más bien parecen inventados) la cantidad de 28 mil 152.
Ruth Jaqueline Rosa, a quien que se le recuerda por su patético paso como directora del CECYTEV, destituida por el gobernador Cuitláhuac por inepta, encontró refugio con Camarena, puesto que es sobrina del subsecretario Jorge Miguel Uscanga. Ahí la tiene como jefa del departamento de Publicación y Divulgación Científica con un salario de 28 mil 152. Y todavía hay más…
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