*Veracruz donde más se agrede a periodistas
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / VAYA QUE se lució el Presidente Andrés Manuel López Obrador ante su homólogo de Argentina, Alberto Ángel Fernández, despotricando contra el pasado e insultando a medios de comunicación –no sometidos-, a los que acusó de cómplices de Gobiernos neoliberales, pues según su limitada visión, de lo que hacían gobiernos pasado no hay información, “o sea, callaban como momias y gritaban como pregoneros cuando se trataba de atacar al gobierno de la transformación”. Insistió, queda bien como suele ser, como si fuera de la incumbencia del argentino lo que pasa en México, en acusar que a Gobiernos anteriores les vendían medicinas a precio elevadísimo, y que los medios de comunicación se dedicaban a quemarles incienso a los presidentes del periodo neoliberal. Pero no lo solo se le fue encima a la prensa mexicana, sintiendo acaso Simón Bolívar, fundador de las repúblicas de la Gran Colombia y Bolivia, y una de las figuras más destacadas de la emancipación hispanoamericana frente al Imperio español, contribuyendo a inspirar y concretar de manera decisiva la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. López Obrador criticó, también, el trabajo “de la prensa conservadora”, y enfatizó que la prensa “conservadora” de Argentina no habla de los endeudamientos que dejaron los antecesores de Alberto Hernández, aun cuando el presidente de aquella Nación denunció los señalamientos de la prensa en contra de la expresidenta y actual Vicepresidenta, Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, yéndose en contra de los negocios del exmandatario Mauricio Macri.
NO ES secreto que el añejo rencor de Andrés Manuel López Obrador en contra de la prensa esta fincado en sus replicados fracasos por alcanzar la Presidencia desde 2006, cuando fue derrotado por escasos votos por el panista Felipe Calderón Hinojosa contra quien, tampoco, puede disimular su animadversión. AMLO es un rencor vivo capaz de aborrecer a todo aquel que lo contradice, como la Auditoria Superior de la Federación que presionada desde la cúpula de la cámara Federal de diputados, tuvo que maquillar el cochinero que es el actual Gobierno Federal con observaciones a irregularidades con fuertes faltantes en casi todas las dependencias, producto de la inexperiencia de quienes Gobiernan, denunciado un día antes. Y ese odio lo transmite en contra de la prensa que no le es afín, a la que llama chayotera, conservadora, fifi y hasta corrupta por señalarle errores, algo que no concibe por realmente sentirse el Mesías Salvador de México. La prensa en el Gobierno de AMLO y en las administraciones emanadas de la Cuarta Transformación está en peligro, porque para el Presidente es una instancia enemiga, obstaculizadora del desarrollo y contraria a la Cuatro T, sobre todo ahora que ha puesto a descubierto la calidad moral de algunos precandidatos a las Gubernaturas, como el caso de Felix Salgado Macedonio en Guerrero a pesar de 5 denuncias por violación que el Presidente llama politiquería, algo que ha traído severa respuesta de las mujeres que se sienten traicionadas y agredidas.
VERACRUZ NO es diferente. Cuitláhuac García Jiménez, en el afán de parecerse a su tutor despotrica, también contra los medios que lo critican, incapaz de entender la función de los medios de comunicación en la democracia. Y es que si bien tanto a los partidos políticos como a los ciudadanos de los institutos mayoritarios les conviene la reducción y simplificación de información que realizan los medios, lo indiscutible, por supuesto, es que la poca información disponible facilita la actuación de ambos actores durante los procesos electorales, pero también limita la posibilidad de fiscalizar el ejercicio de gobierno, reduciendo las posibilidades de una mayor democratización. Paralelamente, la indiferencia y los ataques contra la prensa expone a sus integrantes a agresiones de actores políticos y de la delincuencia, que para el caso es lo mismo.
HACE UNOS días el titular de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), Silverio Quevedo Elox –formado en las filas de Diario del Istmo e Imagen-, dejó en claro que en Veracruz al menos 52 comunicadores fueron apoyados en atención de amenazas o riesgo de seguridad en la labor que realizan. Al dar detalles de las acciones realizadas mencionó que atendieron un total de 106 expedientes, realizándose en dicho periodo 308 acciones consistentes en la implementación de medidas de atención, preventivas y de protección, así como apoyos por concepto de ayuda social. En torno a la seguridad, abrieron 52 expedientes, de los cuales nueve son de protección y 43 de acciones preventivas y de seguridad. Paralelamente dieron seguimiento a un total de 29 expedientes abiertos en ejercicios anteriores al 2020 que se encuentran activos, de los cuales 14 también son de protección y 15 del programa preventivo.
Y LEA usted: del universo de agresiones, 58 trabajadores recibieron medidas que van desde acompañamiento de escoltas, rondines y vigilancia las 24 horas en sus domicilios (pero que necesidad, dijera Juanga). En 110 casos se dio la entrega o instalación de diversos equipos que permitan fortalecer su esquema preventivo o de protección en su caso; se dio acompañamiento legal en 33 casos; además, ofrecieron apoyo económico a 56 periodistas por trámites administrativos. La Comisión, dice Silverio, intervino en 16 casos en donde se suscitó la amenaza a la libertad de expresión, por lo que se dieron apoyo legal en tres casos, 8 exhortos a autoridades municipales, 1a vista a un órgano de control municipal, dos vistas a contralorías de dependencias estatales, se pidió la creación de un protocolo para la cobertura de manifestaciones y se lanzó un apercibimiento a una dependencia estatal.
Y TODO esto ocurre en un Estado donde, según Cuitláhuac García Jiménez, se respeta la libertad de expresión, aunque las denuncias diarias de reporteros que cubren la nota roja están a la orden del día. Y es que elementos policiacos han llegado a trepar a sus camionetas a reporteros por tomar fotografías de hechos sangrientos, como si al impedir que se publicarán disminuyera la violencia que enfrenta el Estado. Como fuera, el sino de la Cuarta Transformación son los ataques a la libertad de expresión, sobre todo a los medios que no se doblegan antes sus ocurrencias, como ocurrió este martes en presencia del Presidente de Argentina, Alberto Ángel Fernández que, para colmo, es otro de los que se siente salvador de América Latina. Dios los hace y ellos se juntan. OPINA [email protected]
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