En la fábula de la rana y el escorpión, donde se observa que los dos mueren por la naturaleza letal y sin escrúpulos del pasajero, ésta refleja que hay personas que, por más que aparenten lo que no son, tarde o temprano sus actos revelan su ambición desmedida de hacerse ricos a como dé lugar, por lo mismo, no tienen empacho en destruir las propias circunstancias que los mantienen a flote. El caso de Zenyazen Escobar es muestra de ello, un funcionario que antes de ser secretario de Educación en Veracruz, tenía serios problemas económicos, al grado de que fue demandado por pensión alimenticia por su actual cónyuge.
Pues para variar, resulta que hoy se da a conocer que la Auditoria Superior de la Federación (ASF) le hace observaciones para comprobar la friolera cantidad de 62 millones 400 mil pesos. Pero no sólo eso, el exchippendale, como muestra factible de su mal manejo en esta importante oficina, tiene un subejercicio de dos millones 87 mil pesos. Resulta que el grandote de Río Blanco pensó que la ASF no se daría cuenta del cochinero en el que ha convertido a la SEV.
Existen pagos a empleados que aparecen en escuelas fantasmas, pagos de nómina a difuntos, pagos a trabajadores dados de baja y, seguramente para congraciarse con los sindicatos, también aparecen pagos a comisionados sindicales. Sin embargo, si usted piensa que le jalarán las orejas a Zenyazen Escobar o que se le fincarán responsabilidades si no enmienda estas observaciones, se equivoca, el funcionario goza de todas las simpatías del actual gobernador y tenga por seguro que lo protegerá con toda la fuerza de su investidura. ¡Total!, para eso son los amigos, no importa que éstos sean ratas de cola blanca.
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