Sólo Raúl Arias Lovillo y su gran ego pensó que tenía posibilidades de ser candidato independiente a la alcaldía de Xalapa. Arias Lovillo pensó que algún partido político le iba a dar la gran acogida; incluso en algún momento pudo pensar que él podría encabezar la alianza. Se sentía con grandes méritos, con buenas cartas de presentación. Con una pensión de casi 100 mil pesos mensuales, ¿para qué buscar un empleo como alcalde? El sueldo de Arias Lovillo como alcalde no superaría el monto de su pensión como jubilado.
Ya ven en que problema se metió Clementina Guerrero, a quien ya no la dejaban cobrar su millonaria pensión, pues ella percibía un sueldo como empleada del ayuntamiento. ¿Cuál era entonces el interés de Arias Lovillo? Saque usted sus conclusiones. El caso es que el exrector de la Universidad Veracruzana se dio cuenta de que no iba a alcanzar las firmas requeridas por la autoridad electoral y de plano mejor tiró la toalla.
En un mensaje de Twitter Arias Lovillo anota: «No será posible llegar a la meta establecida, las barreras insalvables que se ponen a las candidaturas independientes son evidentes. Habremos de anteponer nuestra queja formal ante instancias correspondientes para que cambie la legislación vigente». No hay que compadecerse del exrector, pues al retirarse de la contienda puede seguir gozando de su pensión vitalicia de 90 mil 439 mensuales.
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