Armando Ortiz / Una pandemia que el gobierno federal habría de controlar en unos cuantos meses ya se prolongó más de lo esperado. Una pandemia que sólo generaría 60 mil muertos, ya ha rebasado los 175 mil fallecidos. La Secretaría de Salud reconoce que este 16 de febrero se han rebasado los 2 millones de contagios por coronavirus. Por supuesto, como lo dijo en su momento Hugo López-Gatell, ese número se deberá multiplicar para conocer la cifra real. 2 millones de contagios, aunque algunos señalan que en México ha habido más de 10 millones de contagiados; pues no todos se reportan al sistema de Salud. Lo mismo pasa con los fallecidos, para algunos especialistas en México han muerto más de 400 mil personas por el coronavirus. Sin embargo, a pesar de estas cifras escandalosas, el presidente Andrés Manuel López Obrador quiere ser recordado como el “Presidente de la Salud”. Claro, por eso, de manera populista, más que inteligente, ordenó que la vacunación iniciara en las comunidades más apartadas: “Me llena de orgullo como la gente que antes era ignorada, discriminada, ahora tiene un papel relevante en la vida pública, son los protagonistas principales”. Votos a cambio de vacunas, esa es la ecuación que están llevando a cabo. Un “Presidente de la Salud” con más de 400 mil muertos por coronavirus; no pues sí.
El 3 de febrero debían recibir la segunda dosis de la vacuna de Pfizer; gobierno no se las aplicó y murieron médico y enfermera
Si usted lo medita bien, fue criminal aplicar la primera dosis de la vacuna de Pfizer, sin tener garantizada la segunda aplicación 21 días después. En México eso fue lo que ocurrió. Las vacunas de Pfizer se aplicaron indiscriminadamente, una dosis para los que alcanzara y así poder presumir que se vacunó a más médicos; la cantidad era importante sin importar que la segunda dosis se postergara. Para muchos esta decisión está teniendo fatales consecuencias. En el Hospital de Alta Especialidad Centenario de la Revolución Mexicana del ISSSTE se reporta que un médico y una enfermera que recibieron la primera dosis de la vacuna de Pfizer el día 13 de enero, debieron haber sido vacunados el día 3 de febrero para alcanzar inmunidad; una sola dosis no genera inmunidad. Estos trabajadores de la salud murieron. Así lo reporta el doctor Francisco Javier Bermúdez Alarcón: “Fallecen dos colegas un médico y una enfermera por #COVID19 en el @MorelosISSSTE que fueron vacunados en enero con la vacuna @PfizerMx. Triste e injusto ya es el día 14 sin dosis de refuerzo”. Lo grave es que así están muchos trabajadores de la salud a quienes se les aplicó la primera dosis y algunos llevan más de 45 días esperando una segunda dosis que les debió haber sido aplicada a los 21 días. Si lo piensa usted bien, eso es criminal.
Salgado Macedonio, el verdadero rostro de Morena; el partido de AMLO se limpia el trasero con su Cartilla Moral
“Sí o sí”. Una frase corta del vocabulario político del presidente López Obrador. Félix Salgado Macedonio es ungido como el candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero. Con varias acusaciones de violación, con testimonios, no de personas anónimas, no de personas que apenas se acordaron que fueron violadas por él, no de personas que buscan aprovechar que el señor quiere ser gobernador. Una de las denuncias es de años atrás, de una exempleada de La Jornada Guerrero que ha insistido en pedir justicia. Pues a pesar de eso Salgado Macedonio ya es el candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero. A pesar de que la misma militancia femenina de Morena ha solicitado que el señor sea descartado. ¿Cómo justificará ese ejército de chairos esta aberración política? Ahora entendemos que la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, ese documento que les habría de servir como su libro de rezos, lo están utilizando como papel de baño para limpiarse el trasero. Félix Salgado Macedonio es candidato de Morena porque así lo quiere López Obrador. No nos engañemos, si el presidente le pide a Mario Delgado que le quite la candidatura al de Guerrero, se la quita. En Morena la última palabra la tiene el presidente de México, como en los tiempos más absolutistas del PRI; como en los tiempos de Salinas.