Por si esto fuera poco, existe también el problema de la calidad de los trabajos que realizan los contratistas “ganadores”. En la mayoría de los casos los trabajos realizados son de pésima calidad con tecnologías obsoletas o materiales de baja calidad. Como ejemplo de lo anterior basta con ver la enorme cantidad de plantas de tratamiento que fueron contratadas por dicha dependencia a lo largo y ancho del territorio veracruzano. Muchas de estas plantas hoy en día están fuera de operación o generando agua que no cumple con las normas especificadas.
Para muestra un botón. Ahí está la planta de tratamiento de aguas residuales que está a un lado del puente del Rio Sedeño y que fue construida para tratar las aguas residuales de Banderilla. Después de unos cuantos años de haberse puesto en operación la planta está sin funcionar. Claro, se puede argumentar que fue construida en administraciones anteriores, sin embargo la administración actual sigue contratando a esas mismas empresas y con los mismos sistemas de tratamiento que ya son obsoletos.