Por supuesto, no tomó en cuenta las casas de los vecinos ni los negocios que en esta rúa abundan. Cuando va uno a una refaccionaria, a Estafeta, a comprar una medicina o un pollo asado, estaciona el auto frente al negocio y compra. Y eso va a seguir sucediendo, y eso va a entorpecer el paso de los ciclistas que sí se merecen una verdadera ciclovía.
Es más, los primero que deberían protestar por la nefasta ciclovía de Hipólito Rodríguez son los ciclistas, que no se merecen una ruta que todo el tiempo va a estar obstaculizada por los vehículos de los vecinos o de los clientes de los negocios y que cuando deban salvar el obstáculo pondrán en riesgo su integridad. Quizá las primeras semanas haya patrullas y pongan un poco de orden. Pero las patrullas no van a estar todo el tiempo ahí, y tarde o temprano, los autos van a seguir ocupando el lugar de esa improvisada ciclovía.