Irineo Domínguez Méndez / Decía en mi último artículo que Morena despliega igual conducta que la oposición al momento de elegir a sus candidatos; principalmente por la vía plurinominal; esto en virtud del aparato burocrático que predomina en todos los partidos y que es reconocido como las nomenklaturas partidistas. Tanto el PRI como el PAN han repetido el procedimiento que mantiene empoderados a sus dirigentes nacionales, principalmente. Los oligarcas de las cúspides se han autoelegido para diputados federales.
En el PAN “han sido electos”, inclusive, quienes denostaron el partido después de renunciar y denunciar prácticas desleales y violatorias a su Estatuto, dos de ell@s es Margarita Zavala, mejor conocida como la “señora calderona” y Quadri. Asimismo, “resultaron electos” varios exgobernadores, exsecretarios, expresidentes de cámaras de comercio o similares. La militancia sólo será utilizada para que estos políticos alcancen sus curules. Ricardo Anaya, quien, en algún lugar de su conciencia, encontró un poco de vergüenza, declinó. Mientras, en Veracruz, más de 400 ciudadanos luchan para que se les reconozca su militancia; son de “los de abajo”, repudiados por pertenecer al grupo equivocado; excluidos por apoyar la inserción de militantes en la nomenklatura local.
En el PRI la nomenklatura burocrática cupular representará al partido en la Cámara de Diputados. El presidente, secretaria general, exgobernadores y una que otra esposa, los Gamboa, Murat, etc., pactaron y evitaron inconformidades, los intereses comunes los unen. La cúpula no suelta prenda y se reparte el pastel a punta de “dedazos”; ni modo, ellos los originaron, “tienen la patente”; los otros partidos los imitan muy bien. Algunos candidatos en Veracruz, que participarán por la vía de mayoría relativa, también le apuestan a la alianza. Américo Zúñiga Martínez y Pepe Yunes Zorrilla son baluartes del priísmo jarocho. El primero con un gran porvenir político; de triunfar, lo estaremos viendo postularse para la senaduría o para la gubernatura; Pepe traerá un plan similar; ambos le apuestan al malestar ciudadano provocado por gobiernos morenistas. Como dicen algunos: “al tiempo”.
Como se mencionó antes, los candidatos por la vía de mayoría relativa – a nivel federal y locales – confían en la alianza realizada; no solamente en su capital político. Las nomenklaturas de estos partidos esperan que la suma de sus votos “cuadre” con sus pronósticos en los lugares donde van aliados. Esa es una de sus ventajas. Las desventajas se conocerán en cuanto “las bases” conozcan quiénes serán los candidatos a presidentes municipales en los estados donde se renuevan los ayuntamientos. Lo anterior porque son los candidatos a presidentes municipales quienes “cargan” – generalmente – a los aspirantes a diputados federales y locales. Los excluidos “saltarán” para otros partidos. Sin duda.
Conocidos míos me piden, al igual que con Morena, critique los malos gobiernos de la alianza de la extrema derecha. He contestado que los entes más idóneos para hacerlo son los Orfis y las Comisiones de Hacienda, a niveles locales y en todos los congresos del País. Además, se sumarán los hechos que denuncien los gobiernos en turno; de hecho, inician ya las denuncias en contra de algunos de ellos. Eso sí, se ignora si alguna prosperará; recordemos la inexistencia de las que presumió el gobierno actual en contra de exfuncionarios duartistas; la fiscalía del Estado no tiene abierta investigación alguna en contra de personajes prianistas. Los exindiciados gozan de libertad plena y hoy tienen más posibilidades de ganar gracias a las falsas denuncias morenistas.
Otro sí digo. – Alejandro Rojas Díaz Durán es un perdedor nato. Despotrica en contra de sus adversarios políticos en cuanto los ve gigantes. Le pasó con Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo; ahora con Dolores Padierna.
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