Adoramos la comida, amamos los sabores y las combinaciones que surgen al mezclar un ingrediente con otro. El deleite de probar un plato exquisito es una sensación única e inigualable. Pero al terminar de cocinar, cuando los olores han perdido su frescura, suelen cambiar. Al terminar de cocinar el platillo ese olor del pescado frito que se mantenía en el ambiente y causaba apetito, suele impregnarse en las paredes convirtiéndose en una especie de choquilla, la cual termina siendo molesta.
Ante esta problemática muchos optan por abrir sus ventanas, pensando que el choquilloso aroma se eliminará, pero no. ¿Cómo evitar esto? La respuesta es simple. Si el platillo consta de algún alimento que debe de ir frito, con tan sólo sumergir una rodaja de manzana o cáscara de limón en el aceite mientras estás friendo reducirá el olor tan peculiar a fritura. El segundo truco eficaz para desaparecer el desagradable olor del ambiente es hervir agua con un chorrito de vinagre y cáscaras de naranja o limón, así obtendremos un aromatizante sencillo y económico. Una vez que hierva, el aroma que surja eliminará el olor a pescado o cualquier otro guiso.
La tercer y última estrategia que brindaremos consta de clavo con limón. Puedes clavar algunos clavos de olor en mitades de limón, laurel, tomillo o romero. Esto se debe de colocar por sobre la mesa o en algún lugar escondido en la pared. Así que ya sabe cuál es el remedio para ese molesto olor que se queda después de los guisos.
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