Sin embargo, el día de la bajada del creador llegó, pero no pasó nada; algunos creyeron que Dios se había llevado antes al pastor y a quienes habían llegado antes, pero esto no fue así, la llegada era una farsa y lo que Gabriel Alberto Ferrer Ruíz les dijo era una mentira. Decepcionados por lo que había pasado, los fieles miraron a su alrededor y se dieron cuenta que estaban en la miseria, pues muchos vendieron sus casas.
Enojados fueron hasta la casa del pastor, pero al llegar no había nadie, quien había predicado que la bajada del pastor sería inminente, había escapado con el dinero de sus creyentes. Tras esto, la gente engañada presentó una denuncia ante la fiscalía.