Es muy común en estos días de pandemia escuchar que fulano de tal estaba días antes de infectarse de covid, afuera de su casa tomando “chelas” con sus amigos. También nos hemos enterado de esos que se niegan a usar el cubrebocas y hasta alardean que «todos nos vamos a contagiar tarde o temprano». Otras personas siguen sin creer en el coronavirus, argumentando que es un invento del gobierno para tenernos controlados. Quizá por ello muchos siguen organizando fiestas, asistiendo a ellas, a pesar de que saben que el lugar de la fiesta va a estar lleno de gente que se ha expuesto deliberadamente al contagio del coronavirus.
Elementos de Seguridad Pública cancelaron una fiesta en el Salón Texín, en el municipio de Coatepec, una fiesta con cientos de invitados. Vale mencionar que Veracruz está en semáforo naranja, por lo que este tipo de eventos están restringidos. Pero no sólo eso, en Xalapa los contagios han estado multiplicando, y tanto la gente que se había estado cuidando como la gente que a pesar su descuido la había librado, ya se contagió.
Regresan a nuestro WhatsApp los mensajes de los amigos que nos informan del contagio o de la muerte de algunos conocidos o de sus familiares. ¿Qué tanta pinche necesidad de celebrar una fiesta en plena pandemia? ¿Qué tanta pinche necesidad de asistir a esa fiesta como invitado a riesgo de salir contagiado? La gente no va a entender hasta que se contagien, hasta que sientan en su cuerpo los rigores del coronavirus.
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