El grupo de incondicionales del gobernador Cuitláhuac García Jiménez lloran su penar desde que supieron que el bueno para dirigir Morena en tierras Jarochas era Gonzalo Vicencio Flores. Sobre todo, el crujir de sus dientes se hizo evidente cuando el 24 de noviembre del año pasado, la Comisión Nacional de Honestidad del partido Morena instruyó al Comité Ejecutivo Nacional de ese partido para que diera aviso a las autoridades electorales, al OPLE y al INE, que Gonzalo Vicencio Flores sería el presidente designado del Comité Ejecutivo Estatal de Morena en el Estado de Veracruz.
Se sabe que varios funcionarios del actual gabinete ya no saben qué puertas tocar para que se les conceda el milagro y sea removido Gonzalo Vicencio Flores, para que puedan hacer de las suyas con las candidaturas que ya tenían bien amarradas para su familiares y amigos cercanos. Entre los damnificados se encuentran Juan Javier Gómez Cazarín, Zenyazen Escobar, Jaime Humberto Pérez Bernabé, así como también Esteban Ramírez Zepeta quien, a pesar del oneroso gasto, se quedó mordiendo el vergonzoso polvo de la derrota.
Y todo por no saber leer bien los tiempos políticos ni por saber escoger a que gallo había que apoyar. Ahí está el precio por haber apoyado a Muñoz Ledo y haberle cerrado la puerta en las narices a Mario Delgado, el ahora mandamás de Morena a nivel nacional.
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