Nuestro querido México ya no ve lo duro sino lo tupido. En este segundo pico de la pandemia, tan sólo en una semana, se ha superado tres veces el récord de contagios y de muertes por covid-19. Esta tarde de domingo los mexicanos fuimos enterados por el propio presidente de que también ha sido contagiado. También hay informes de recontagios, gente que en meses atrás se había contagiado y que durante un tiempo tuvo una inmunidad al covid-19, hoy hay informes de que se han vuelto a contagiar.
Lo preocupante del caso presidencial es que el Ejecutivo federal es hipertenso, es persona de la tercera edad y por sus problemas con su corazón, éstos lo colocan en un riesgoso cuadro de morbilidad. Así que queramos o no, la salud del presidente López Obrador es un asunto de seguridad nacional. Tenga por seguro que tanto el presidente del senado, Óscar Ramírez Aguilar, como el coordinador de senadores, Ricardo Monreal, están en alerta máxima.
Esperemos que la salud del Ejecutivo federal evolucione para bien. Por lo pronto, políticos de alto nivel como José Antonio Meade, Enrique Peña Nieto, Ricardo Anaya y Felipe Calderón, entre otros, han manifestado sus mejores deseos de recuperación al primer mandatario. Sin embargo, no faltan los insulsos que, para sacar raja política, sospechan de la condición de salud del presidente.
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