La confabulación del SNTE con el Gobierno Federal quedó al desnudo cuando el primero no metió las manos ni alzó la voz condenando la organizada represión gubernamental en todos los estados. Hoy que la Reforma Educativa ha sido sepultada y que gobierna Morena, el SNTE con Alfonso Cepeda Salas al frente, en un instinto de supervivencia, se declara como un leal y fiel soldado de la Cuarta Transformación.
Hoy el SNTE tiene los días contados, su Comité Ejecutivo no tiene las agallas ni el temple para convocar un Congreso Nacional extraordinario, sabe que, si lo hace, existe el riesgo palpable de recibir el rechazo de los representantes de las bases. Esa es la cosecha que recibe un comité que no supo defender a sus afiliados. Por lo pronto, las diferentes corrientes democráticas se reúnen y organizan para que, en un futuro, puedan verse las caras en las urnas, cobrar la factura pendiente contra los que son considerados traidores de los maestros.