Morena apanicado; las alianzas, un desmadre

Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) Veracruz FOTO: JUAN DAVID CASTILLA
- en Opinión

Edgar Hernández* / 

¡Miedo en Palacio y desgreñe en el PAN-PRD-PRI!

Al arranque del registro de las candidaturas a puestos de elección popular para renovar el poder legislativo y las presidencias municipales en Veracruz, hay confusión, indefiniciones, intereses caciquiles y una creciente irritación ciudadana.

El tiempo se acaba y la coalición PAN-PRD-PRI no termina por ponerse de acuerdo en plazas definitorias que pretende cubrir con aspirantes de medio pelo.

Marlon y Cadena, aliados han presentado un frente reclamando equidad ante un Joaquín Guzmán que argumenta, no sin razón, que son dueños de 1.5 millones de votos que pueden inclinar la balanza en cualquier plaza.

El resultado del disenso ha sido la pulverización de la coalición tras lo cual es previsible que en plazas sustantivas como Xalapa, Veracruz y Boca del Río y Córdoba vayan solos, sin alianza pues.

Mientras Morena deshoja la margarita desgastándose en la llamada “Joya de la Corona”, en donde los enanos no le crecen y trata de convencer a toda costa al único que les puede hacer ganar, Ricardo Ahued.

Sin embargo, acuerdos de última hora auguran sorpresas en distritos electorales en donde el PAN se afianza en el norte del estado, acepta alianzas con el PRI en el centro y en plazas sustantivas como Perote y Orizaba, se aprestan a registrar fórmulas invencibles.

En paralelo Morena desmaya, se disminuye su fuerza y en estas horas busca a como dé lugar preservar la capital del estado en ese convencimiento de que si se pierde Xalapa en el 2021 pierde Veracruz en el 2024.

Acaso por ello los únicos caminos que ven son Ahued y Elizabeth Morales que de jugar, cualquiera de los dos derrotaría a los paniaguados Sergio Hernández del PAN, Carlos Aceves del PRI y Cuauhtémoc Velázquez del PRD.

No así, si finalmente la coalición PAN-PRD-PRI acepta y pacta en favor de Raúl Arias, con lo cual garantizaría la victoria.

Sin embargo a escasos siete días de cerrar el registro no hay visos de acuerdo.

En tal virtud, en Palacio Nacional existe una preocupación latente, una seria preocupación por la creciente y real disminución de la simpatía ciudadana por Morena y sus gobernantes producto del mal gobierno y la corrupción.

De hecho en Veracruz está encendido el foco rojo tras la pulverización del liderazgo de Morena en donde no hay cabeza y el gobernador Cuitláhuac está entregado al Bola 8 que lo manipula al igual que por Gómez Cazarín, que lo trae embobado.

El pobre “Cantinflas” veracruzano da palos de ciego, hace pataletas y rasguña al no saber por dónde.

Bien sabe que los Yunes son dueños de importantes parcelas ribereñas, que el “Chapito” no soltará el norte, que el centro es de Diez, que el sur se le está desmoronando ante la contundencia de Vasconcelos y que el distrito de Perote tampoco será moreno, ya hay acuerdo entre el PRI-PAN y el PRD.

El punto es que Morena ni con dinero gana.

No tiene cuadros ni donde apoyarse para la operación política y la pretensión de robarse las plazas se ve punto más que imposible dado los candados interpuestos por el PAN-PRD-PRI que si cuentan con estructura y modo de vigilar las urnas.

Hoy más que nunca conviene a Morena que la gente no salga a votar, por ello ya tienen preparada una cruzada de inhibición del sufragio so pretexto de la Pandemia por Covid-19.

Sin embargo, no se ha considerado el voto de castigo.

En Veracruz finalmente permeó entre amplios sectores de la ciudadanía la importancia de sacar a Morena del poder, arrebatarle el primer domingo de junio el legislativo y buena parte de las municipales en donde en los hechos la oposición es mayoría y sentar las bases para ratificar el repudio a la 4T en 2024.

Es por ello que en jugada de última hora, Morena está entregado a buscar candidatos hasta en el bote de basura convocando a quienes –con pasado corrupto o no- puedan llevarle votos.

Habrá que tener presente que Veracruz es poseedor de la tercera reserva electoral y que en la pasada elección le entregaron dos millones de votos a Andrés Manuel López Obrador, quien en el “Efecto Peje” empujó las victorias de Cuitláhuac García y el propio Ahued.

Hoy sin el Peje en las boletas y el cochinero de Morena de cara al encabronamiento ciudadano será difícil repetir la dosis.

Por lo pronto el tiempo se acaba y la moneda está en el aire.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, reescrito o distribuido sin autorización.

Comentarios

Deja un comentario