Sólo hicieron el ridículo, pero además, al parecer, violaron la ley electoral. Sólo consiguieron que los veracruzanos les dijeran el precio y los calificaran de corruptos, nepotistas, torpes; algunos hasta drogadictos los llamaron. El diputado y las diputadas que hicieron una rueda de prensa para invitar a Ricardo Ahued a ser el candidato de Morena a la alcaldía de Xalapa no calcularon el desprecio que han generado.
El senador Ahued les dio las gracias por la invitación porque es un caballero; por supuesto no les iba a tomar la palabra, y menos a ellos, ejemplo claro de lo que no debe ser un servidor público; alguien en quien los electores confiaron y que fueron defraudados. A Juan Javier Gómez Cazarín, Dorheny García, Rosalinda Galindo y Ana Miriam Ferráez el tiro les salió por la culata.
Algunos incluso señalan que la verdadera intención de estos cuatro era ensuciar la reputación de Ricardo Ahued; hacer creer a los veracruzanos que el senador es como ellos, que comulga con ellos, que come del mismo plato que ellos.
Pero no, Ricardo Ahued no iba a aceptar ninguna invitación de estos malos funcionarios, porque, en caso de que tomara la decisión de ser alcalde de Xalapa, sólo aceptaría la invitación que le hicieran los xalapeños. Pobres tontos, ya se querían colgar el milagrito de conseguir que Ahued fuera su candidato.
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