Un 7 de junio de 1982, el exmandatario priista José López Portillo mencionó las siguientes palabras: «No pago para que me peguen». En esa ocasión, el expresidente se dejó llevar por las vísceras y decidió cancelarle la publicidad oficial al semanario Proceso, que era dirigido por el periodista Julio Scherer, el cual resultó ser un medio crítico hacia el gobierno portillista. En Veracruz, el gobierno morenista, tanto municipal como estatal, les tiene tirria a los medios de comunicación y periodistas críticos. No les gusta que den a conocer las pifias y los errores garrafales que han venido cometiendo, tanto el Ejecutivo estatal y sus funcionarios, como de los mismos diputados morenistas de la actual legislatura.
Por esa razón, solo hacen convenios con los medios que les aplauden como focas sus ocurrencias. Desde luego que, por ahí, se siembran portales que brotan como hongos para poder hacer jugosos convenios. La penetración e impacto no cuenta, la experiencia y profesionalismo tampoco, lo que vale para ellos es la sumisión. Por lo mismo, se identifican con el expresidente José López Portillo.
Lo cierto es que tanto el presidente de la Jucopo como el encargado de la comunicación de la actual legislatura, deben dar la cara a las acusaciones que se les imputan. Aunque conociéndolos, tenga por seguro que se van a hacer como el Tío Lolo.
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