Esta feroz campaña, colocó al maestro con una percepción negativa ante la sociedad y como el único culpable del retraso educativo en el país. Hoy no hay una verdadera revalorización del maestro, es cierto que ya quedó sepultada la mal llamada reforma educativa, no obstante, el trabajo del docente es mal pagado. No hay incentivos concretos como los que ofrecía Carrera Magisterial, y el escalafón solo es un mero recuerdo sindical.
Desde luego que estas dos conquistas sindicales fueron ultrajadas y pervertidas por los propios líderes sindicales. Lo cierto es que debido al trabajo arduo y al esfuerzo individual durante esta pandemia, el maestro ha demostrado que es el principal motor para sacar adelante el progreso educativo de la niñez mexicana.