Alberto Calderón P.* / Ahora que vivimos los tiempos de la pandemia escuchamos con mayor frecuencia acerca de la OMS, demos una mirada a las variadas caras que tiene.
La liga de las naciones se crea en 1919 después de la Primera Guerra Mundial y su objetivo era el crear las condiciones para dar un orden internacional basado en la paz y el acuerdo a las diferencias entre las naciones por la vía diplomática pero fracasó y muestra de ello fue el nuevo conflicto en la Segunda Guerra Mundial que se desarrolló entre 1939 a 1945, el país que tuvo las mayores ventajas fue sin duda los Estados Unidos que impulsaron la creación de instituciones que e sirvieran de apoyo a su supremacía impulsando la creación de las Organización de la Naciones Unidas (ONU) en 1945 y otras instituciones de carácter mundial entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948, fundada en sus inicios con 61 países de los cuales al momento tiene 194, la mayor fuente de financiamiento viene de los Estados Unidos en el 2019aportó 115 millones de dólares.
A partir de 1970 se autorizo la participación de aportaciones voluntarias, ya para 1990 superaban a las aportaciones de los países miembros, la primera ex ministro de Noruega Gro Harlem hizo lo posible por aumentar los fondos de los países a la organización, estos fueron renuentes al aumento de fondos abriendo las puertas al sector farmacéutico a quienes vieron una oportunidad inmejorable para influir y en su caso decidir sobre la organización. Cada vez que se aporta se define a que plan va el dinero, así empezaron las farmacéuticas a definir sus intereses. Ya para el 2006 más del 70% de los fondos de la OMS eran de capital privado mientras los países miembros aportaban apenas el 28%, así vemos que los gastos son elegidos por esas fundaciones en base a sus planes. En la actualidad el capital privado representa el 80% de las aportaciones para el sostenimiento de 7000 empleados, su sede y las 150 oficinas con las que cuentan alrededor del mundo.
Fue el doctor en economía y filósofo Germán Velázquez quien estaba a cargo del Programa de Medicamentos y medicina tradicional en la OMS quien empezó a percatarse de estas irregularidades que ya asomaban en muchos frentes, y decidió publicar El libro rojo de la OMS, en donde habla de el acceso global a los medicamentos en todo el mundo, este planteamiento chocó con un dictamen de la Organización Mundial de Comercio (OMC) quién a partir de 1995 los productos farmacéuticos contaran con una patente, así las patentes pasaron de ser nacionales a mundiales con una duración de veinte años por ese motivo un país paga por la patente del medicamento, si no lo hace no puede acceder al mismo, con esto el carácter social, con esto pierde su principal objetivo que es facilitar el conocimiento de la medicina en todos sus aspectos a todos los pueblos del mundo y manejarse sobre intereses comerciales. Un ejemplo claro lo ofreció Irene Klinger de la oficina panamericana de la propia OMS quien criticó que las empresas refresqueras y de alimentos o nutritivos y azucarados financiaran la prevención de la obesidad en México y los Estados Unidos y así influir sobre las políticas sanitarias que afectaran a sus productos, esto es solo una mirada, también debemos reconocer las cosas positivas que se han creado para la prevención y el combate a las enfermedades en los países más desprotegidos del planeta.
*Miembro de la Red Veracruzana de comunicadores (REVECO).
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