Arturo Reyes Isidoro / La meta que ha fijado para su partido el dirigente estatal del PAN, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, para las elecciones del próximo 6 de junio, son altas: ganar, ya sea en alianza con el PRI y el PRD o solo, entre 20 y 25 de las 30 diputaciones locales que estarán en disputa, así como entre 150 y 180 presidencias municipales de las 212 del Estado.
Asume que el suyo es el partido que más posibilidades tiene de ganar, y aunque él no lo dice, otras voces panistas dan por hecho que ganarán la mayoría en el Congreso local y con ello la Junta de Coordinación Política, ahora en poder de la diputación de Morena.
Alcalde tres veces de Tantoyuca (1998-2000, 2005-2007 y 2011-2013), así como dos veces diputado local (59 y 63 Legislaturas), ha empezado por tratar de recuperar para su instituto político la característica que lo distinguió hasta antes de que lo presidiera José Mancha: la democracia interna.
Para el actual proceso interno decidió no más acuerdos “por debajo” de la mesa ni designaciones directas de los candidatos de su partido, salvo en los casos en que irán en alianza con los tricolores y los amarillos. El resto tendrá que salir electo en elecciones internas de los militantes, aplicando aquello de que el que quiera azul celeste, que le cueste.
El año pasado, en el transcurso de una charla, cuando me adelantó que no habría más dedazos, me dio un argumento contundente para revertir la práctica que impuso su antecesor apoyado o en acuerdo con el entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares: que no se olvide que yo mismo soy producto de una elección democrática interna.
Y es que, en la actualidad, todos los militantes albiazules en un cargo público o legislativo (presidentes municipales, diputados locales y federales, así como senadores, incluidos los plurinominales) fueron designados por la dupla Mancha-Yunes sin darle oportunidad a la militancia de que participara en una contienda abierta para obtener una candidatura.
Quién mejor que él tiene autoridad moral para condenar y tratar de acabar con esa práctica, propia del priismo. Llegado el momento de la renovación de la dirigencia estatal, tuvo la osadía de presentarse como aspirante a la presidencia en abierta confrontación con el entonces gobernador Yunes, quien trató de sostener a toda costa, para que se reeligiera, a José Mancha.
No le fue fácil derrotarlos. Hubo de realizarse dos veces la elección por irregularidades en la primera y al final un tribunal electoral le dio la razón. Decidió entonces recuperar su partido y revestirlo de los principios y valores de su fundador, Manuel Gómez Morín. Está curtido, pues, en la lucha y sabe a lo que se enfrenta en el actual proceso.
Más de un año después de aquella elección, presume unidad y que ahora hay “piso parejo” para participar. “No es lo mismo competir por una candidatura con piso parejo, que no tener espacio ni para decir yo quiero”.
El grupo Yunes, su principal reto interno
Guzmán Avilés sabe muy bien que el obstáculo interno que se le presenta a su proyecto democratizador es el del grupo Yunes, de Boca del Río, que en noviembre pasado trató de saltarlo buscando que desde el Comité Ejecutivo Nacional le garantizaran posiciones.
Su reacción inmediata fue convocar a sesión de la Comisión Permanente donde se determinó el método ordinario de votación por militantes, para “regresar a los militantes el derecho a elegir a quienes nos representarán en las urnas”. “¡En Acción Nacional Veracruz regresa a la democracia!”, dijo.
En la plática el año pasado con él me dejó claro que está consciente que ese grupo trata de hacerle contrapeso, pero también que su poder se limita solo a la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, y en todo momento dejó abierta la posibilidad de que participe asegurando que si gana candidaturas en elecciones internas se las reconocerá.
En entrevista el pasado domingo para el portal E-Consulta Veracruz se refirió concretamente al aspirante a la alcaldía de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del exgobernador, de quien dijo que “es una situación de intereses particulares”. Descartó cualquier designación en “mesas de negociación” y reiteró que todos los candidatos surgirán de una elección de la militancia.
El intento de intromisión del Gobierno, el externo
Pero si supera cualquier diferencia con el grupo Yunes, afuera y enfrente sabe que tiene como principal adversario al Gobierno del Estado.
Para él, su primera tarea es defender el voto ciudadano de la intromisión del gobierno de Morena.
Ayer, en entrevista para la agencia AVC, dijo que hay varias señales de que el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez tiene la tentación de meter las manos en el proceso electoral.
Recordó la fallida Reforma Electoral, que desaparecía los consejos municipales electorales, que dejaba débil al OPLEV, así como la hostilidad que hay desde la Secretaría de Gobierno en contra de los alcaldes de oposición por parte del secretario Eric Cisneros, mencionando el caso de los presidentes municipales del PRD. Una tercera señal que citó fue el subejercicio financiero para coartar la libertad del voto, “con la finalidad de tener recursos disponibles para operar las elecciones”.
Ante algún posible acto de represión por parte del gobierno, respondió que en el PAN están acostumbrados a luchar. “Estamos acostumbrados a luchar contra las injusticias, tenemos más de 25 años en Acción Nacional desde cuando no nos dejaban utilizar las plazas ni poner un pendón… sabemos de qué manera luchar y sabemos de qué manera defendernos”.
Las alianzas, contrapeso al gobierno
Sobre las alianzas, minimiza la posibilidad de que se le recuerde como el dirigente aliado del PRI. Argumenta que su partido no surgió para luchar contra ese partido sino contra los gobiernos que estaban haciendo mal las cosas, acciones que estaban fuera de la ley y la corrupción, y que Morena es el que está haciendo mal las cosas en la actualidad.
Dice que con las alianzas buscan equilibrar el gobierno y minar la mayoría calificada en los congresos. Van en alianzas totales o parciales para las candidaturas a diputados locales y a las presidencias municipales. Tienen como límite el 18 de este mes para definir cuántas y en dónde.
Él y su partido cargan ahora con el mayor compromiso ciudadano para tratar de lograr en el Congreso local un contrapeso al gobierno de Morena. Más que ganar alcaldías, ese es el objetivo mayor que tienen. Dentro de cuatro meses y días tendremos la respuesta si fueron capaces de conseguirlo. Si lo logran, modificarán la geografía política estatal y la correlación de fuerzas políticas. E iniciarán la historia de una nueva etapa en la vida de Veracruz.
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