Tras las fiestas navideñas muchos padres acostumbran comprar cohetes y luces a sus hijos para que salgan de noche y se diviertan, pero tras estas costumbres vienen resultados terribles. Uno de los ejemplos de lo peligroso que resulta jugar con fuegos artificiales es el caso de un niño que perdió la mano derecha por jugar con un cohete que le explotó en la mano. El menor tenía un R15 en su mano derecha y justo al aventarlo prendido explotó sin darle la oportunidad de deshacerse del explosivo.
El menor es residente de la ciudad de Oaxaca. Se dio a conocer que el niño de nueve años de edad necesita de cirugía para adaptar el muñón, pero la familia no cuenta con recursos económicos. Los padres al ver lo que había ocurrido a su pequeño piden ayuda para pagar la operación.
Por supuesto, lo que ahora importa es que se pueda ayudar al menor para que recupere su miembro, no obstante, en redes sociales ya están criticando que la culpa es de los familiares que permitieron al menor la manipulación de estos artefactos peligrosos al menor. En estos casos, ¿quién cree usted que sea el culpable?
Comentarios