En 1816, después de pasar un frío severo que destruyó las cosechas de miles de campesinos de Europa, un cura llamado Joseph Morh escribió un poema titulado “El año sin verano”. Fue hasta 1818 que Morh le pidió al músico Franz Xaver Gruber que compusiera una melodía para su canción. La melodía compuesta para guitarra y coro, pues para ese entonces el órgano estaba destartalado. El tema se interpretó por primera vez en la Misa de Gallo de 1818 en Oberndorf, Austria, acompañados por una guitarra.
Desde ese día la canción cautivó a los feligreses que se la aprendieron y la difundieron a otros pueblos, otras naciones, otros continentes. El villancico Noche de Paz se interpreta en más de 300 idiomas en todos los países del mundo. En 1914, en la noche de Navidad durante la Primera Guerra Mundial los soldados hicieron una tregua para cantar el villancico; cientos de miles de soldados cantaron al unísono la canción de Joseph Morh y de Franz Gruber que nunca supieron la trascendencia que tendría su canción.
En este 2020 Noche de Paz cumple 202 años de vida y sigue tan vigente, tan emotiva, tan cargada de consuelo, como en los días que los escucharon en el humilde pueblo de Oberndorf, Austria. La Unesco ha declarado Noche de paz como Patrimonio de la Humanidad, un «himno universal de la paz, bien cultural internacional y legado musical».
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