El presidente López Obrador viajó a Tabasco para ver cómo andan sus paisanos después de las lluvias y las inundaciones provocadas por su propio gobierno al desfogar la presa Peñitas en contra de los más pobres. Así como le llovió a los tabasqueños, así también le llovió al presidente, pero a él le llovieron reclamos. Y es que después de las inundaciones el gobierno federal se dio a la tarea de levantar un censo de damnificados; así el gobierno sabría cuánto otorgar a las personas que lo perdieron todo. Pero el caso es que mucha gente no ha sido censada y a quienes ya censaron no les ha llegado el apoyo. “Pobre del presidente López Obrador, que él está muy tranquilo porque le dicen que ya llegó el apoyo a su pueblo, pero aquí no ha llegado nada”, señala una de las mujeres que buscó al presidente en la zona aduanal del Aeropuerto Internacional “Carlos Rovirosa”.
“Estamos aquí porque no fuimos censados y, por desgracia, estamos todavía entre el agua; anoche cayó un aguacero y todas las cosas se volvieron a mojar; metimos animales; los niños están entre el agua; la gente que andaba censando le dio todo el apoyo a su familia; hicieron lo que quisieron; le dieron el dinero a la gente que están en la loma; a la gente que se inundó no le dieron nada”, fue otro de los reclamos. Una mujer de plano dijo que al presidente López Obrador lo están engañando:
“Yo lo que le digo al presidente Andrés Manuel López Obrador, que se acuerde que él dijo que primero éramos los pobres y que no podía haber pueblo pobre y gobierno rico; eso es lo que yo le digo a licenciado Andrés Manuel López Obrador, y que vea, que cheque a esa gente que anduvo censando que lo están dejando mal a él como Presidente de la República; la gente no está trabajando bien; la gente de Tabasco le está dando la puñalada por la espalda; lo están engañando”.
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