Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / ES CURIOSO como el presidente Andrés Manuel López Obrador reitera una y otra vez el llamado “al pueblo de México” para mantenerse en casa, y disminuir la propagación de la pandemia de CoVid19 durante el mes de Diciembre, y por otra parte aclara en la mañanera de este miércoles que “no vamos a poder hablar mucho ahora, tenemos tiempo, pero no mucho, porque vamos a Hermosillo y luego vamos a estar por la tarde en Moctezuma que vamos a inaugurar un cuartel de la Guardia Nacional. Vamos a ir a dormir a Bavispe, mañana allá va a ser la reunión de seguridad y vamos a llevar a cabo un homenaje a las víctimas de los sucesos, estos lamentables donde perdieron la vida niñas, niños, mujeres, en Bavispe; va a haber un homenaje y vamos también a informar a los familiares sobre el avance que se ha logrado en detenciones de los responsables de estos crímenes (como si eso no lo pudiera hacer la Fiscalía General de la República que es a quien le corresponde), por eso vamos a tener mañana la reunión de seguridad, también la conferencia de prensa desde Bavispe por la mañana; y regresamos por la tarde-noche y el viernes estamos aquí en la mañana, y luego salimos a una gira al sureste. Ese es el programa en general”. Y es curioso porque muchos seguidores de AMLO hacen, precisamente, lo que el Presidente practica: no quedarse en casa y ausentarse, incluso, para asuntos que no requieren urgencia, aunque lo cierto es que al titular del Poder Ejecutivo Federal le preocupa la alianza de partidos de oposición que, en una de esas, le arrebata la mayoría en la cámara baja y entonces si, muchas de sus ocurrencias quedarían al garete con un cierre inesperado en el 2024. Porque las giras de López Obrador son innecesarias para el País, pero urgentes para el propio mandatario que busca posicionarse y posicionar a su partido de cara a los comicios del próximo año, y sospechosamente va a Sonora, donde el candidato de MoReNa a la gubernatura es su ex Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo Moreno. Sospechoso ¿no?.
POR ELLO insiste en “hacer un llamado a todos los mexicanos, mujeres y hombres en especial a los capitalinos, a quienes vivimos en la ciudad de México, para cuidarnos en estos días en todo el País, (pues) sigue afectando la pandemia del CoVid”, pero AMLO no predica con el ejemplo, aun cuando reconoce que “hay un crecimiento de contagios y hospitalizaciones en 8 estados”, por lo que pide a la población salir de casa y hacerlo únicamente por cuestiones necesarias. “Lo que debemos pensar es que falta muy poco, falta muy poco para el 24 (de diciembre), yo les hablaba del comportamiento de quienes vivimos aquí, de cómo se procura estar en familia el 24, y ya a partir del 25 la Ciudad se vacía, ya no hay movimiento hasta las vísperas de la llegada de los Reyes Magos, entonces lo que tenemos que procurar es cuidarnos hasta antes del 24, desde luego cuidarnos siempre, pero de manera especial si podemos no salir, o sólo salir a la calle por lo indispensable, que es el que podamos tener la necesidad de ir a la calle, de estar en la calle, por sustento, por una compra verdaderamente necesaria, no por algo superfluo (¿?), entonces sí con cuidado, pero procurar estar en casa y como lo hemos venido diciendo que no hagamos festejos en las casas”.
Y ES que se ha tornado tan grave el CoVid19 en México, que el propio Presidente asegura que aumentarán el número de camas para la atención de pacientes afectados por la Pandemia, y que la capacidad hospitalaria no será rebasada. “Estamos haciendo lo que nos corresponde, estamos ampliando el número de camas, nos están ayudando (médicos) de otros estados, porque les hablaba que sólo en 8 Estados tenemos incrementos, en la mayoría de los Estados, aunque hay epidemia, no tenemos esta situación de aumento de contagios, entonces agradezco mucho a médicos enfermeras de otros Estados que están viniendo a la Ciudad (de México) a ayudar y vamos a tener ya más camas, no vamos a ser rebasados, pero no queremos que estén llenos los hospitales, lo que queremos es que no nos enfermemos, y lo más importante que cuidemos nuestras vidas, que no haya fallecidos, entonces es un llamado para que todos actuemos”, señala. Y llama la atención el: “Estamos haciendo lo que nos corresponde”, pero lo que le corresponde al Presidente es predicar con el ejemplo, dejar un tiempo, al menos de aquí a principios del año venidero las improductivas giras a donde solo acude a cortar listones como en el caso del cuartel de la Guardia Nacional, mientras el País se sigue debatiendo en inseguridad y violencia.
EL PRESIDENTE podría recurrir a funcionarios para inauguren en su nombre lo que desee, y desde palacio podría pronunciar los discursos que guste, pero él, que dice cuidar y respetar la investidura presidencial en realidad no lo hace al exponerse como cualquier ser humano, cuando representa la más importante institución y de su salud mental y física depende el destino del País. Arriesgarse como lo hace, solo para demostrar que es bien querido, resulta un atrevimiento que pone en riesgo la estabilidad de la Nación, pues sea buen o mal mandatario, lo que representa es indiscutiblemente, equilibrio.
NADIE LO desea, por supuesto, porque no deseamos la muerte a ningún ser humano, pero que pasaría si en esa necedad llegara a contagiarse de CoVid19, agravarse debido a la edad y los problemas de hipertensión y (insistimos, ni por asomo lo deseamos) muere. Cabe recalcar que salvo Álvaro Obregón que era Presidente Electo, ningún otro ha muerto durante su mandato en los últimos 100 años, sin embargo, previendo una situación así, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos sí indica cuál es el procedimiento aunque, uno se pregunta rememorando al Filósofo Juanga: pero que nece(si)dad.
EN EL capítulo III, que corresponde a las funciones y responsabilidades del Poder Ejecutivo encontramos el artículo 84 que detalla qué se debe hacer si el Presidente de la República fallece o se ausenta. Ahí se indica que será el Secretario de Gobernación quien asumirá el cargo de manera provisional, aunque no podría designar o renovar secretarios de Estado sin autorización previa de los senadores. Según la norma, el protocolo a seguir depende del tiempo que el presidente fallecido –que nunca pierde el título por no haber entregado el cargo de manera personal– haya estado en el poder. Mientras el Secretario de Gobernación asume ese cargo se pueden presentar dos situaciones. La primera es que si el Presidente muere en los dos primeros años de mandato, el Congreso de la Unión debe constituir inmediatamente un Colegio Electoral, para luego votar en secreto y elegir por mayoría de votos un presidente interino, el Secretario de Gobernación regresará a su cargo. En tanto que el presidente interino dirige el país, el Congreso tiene la obligación de convocar a elecciones en un lapso de 10 días, no más, para que el pueblo mexicano elija al representante que concluirá el periodo presidencial de seis años, esta nueva jornada electoral tiene que realizarse entre los siete y nueve meses siguientes y así México tendría un nuevo presidente. La segunda es que en caso de que el Presidente muera en los cuatro últimos años del período respectivo sería el Congreso quien decidiría, por medio de una votación, el presidente sustituto que concluirá el mandato. De igual manera el Secretario de Gobernación queda fuera de la jugada, y el pueblo mexicano se resignaría a aceptar al personaje que el Congreso haya elegido para terminar los seis años a cargo de la nación. Pero insistimos: y qué necesidad habría de todo eso si AMLO acatara lo que predica. En fin. OPINA carjesus30@hotmail.com