Francisco Vargas / Hace un par de semanas atrás el Senador Ricardo Monreal Ávila, coordinador de la bancada de los Senadores de Morena, presentó una iniciativa de ley en la que propone reformar los artículos 20 y 34 y adicionar el 20 bis y 20 ter de la Ley del Banco de México.
No hubo siquiera tiempo de analizarla ni tampoco de discutirla dentro del Senado de la República, cuando esta ya había sido aprobada por la mayoría aplastante de la 4T así como también por votos a favor de Senadores priistas y hasta panistas, para turnar su muy probable aprobación en la Cámara de Diputados.
Otra improvisada iniciativa por parte del mandamás de los Senadores de Morena en la que ahora busca desestabilizar, violar y vulnerar la estabilidad y autonomía del Banco de México.
En un principio, esta iniciativa de reforma es completa y absolutamente inconstitucional ya que el artículo 28 de nuestra Carta Magna deja bastante claro que: “el Banco Central de nuestro país es autónomo en el ejercicio de sus facultades”. Su propósito es buscar que el Banco de México se vuelva prácticamente de manera obligatoria, el comprador de todos los dólares que la banca no pueda procesar ni reenviar a su país de origen, lo cual lo convertiría en ser receptor de dinero ilícito, ya que al recibirlo de manera física, es decir en efectivo y no de manera electrónica como regularmente se hace , no sólo recibiría activos que no sirven como reservas, sino que se tratarían de cientos de millones de dólares de los cuales no se podría comprobar su legítimo origen.
El argumento central de Monreal y de los Senadores que aprobaron su iniciativa se enfoca básicamente en un supuesto apoyo y protección a las remesas que envían nuestros connacionales desde Estados Unidos, sin embargo este argumento no se alinea con la realidad, ya que el 99% de las remesas que llegan a nuestro país se hacen a través de transferencias electrónicas, es decir, solo 1% de lo que se envía de dinero es en efectivo.
Decenas de economistas, especialistas financieros, la Asociación de Bancos de México y desde luego el propio gobernador y subgobernador de Banxico (Alejandro Díaz de León y Gerardo Esquivel) se han pronunciado en contra de esta iniciativa y han advertido sobre sus evidentes riesgos.
Apenas ayer la calificadora Moody´s y Bank of América alertaron sobre los efectos negativos que traería el aprobar una iniciativa como esta y lo mal parado que quedaría Banxico y nuestro país en el cumplimiento de los estándares internacionales contra el lavado de dinero, ya que si el Banco Central de nuestro país tendrá ahora la tarea de manejar dinero que puede que venga del narcotráfico y del crimen organizado, lógicamente causaría desconfianza en el extranjero, prohibiendo operaciones del Banco de México en otros países, bajo una iniciativa sin lógica y sin precedentes en cualquier parte del mundo y que solo a un personaje tan incongruente como a Monreal y a un pequeño grupo compacto que ve en riesgo su futuro político se le ocurriría proponer en medio de la peor crisis económica de la historia.
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