Fue una disculpa bizarra, es decir, rara, extravagante. Que un sujeto con fama de hampón, acusado por una alcaldesa asesinada de haberle negado protección; que un sujeto como Éric Patrocinio Cisneros, que a todo lo que se mueva en su contra amenaza pida disculpas por la desaparición de un joven hace 10 años, es de lo más paradójico.
Y luego esa disculpa, ese discurso de alguien que se cree ajeno de la violencia, que se siente un prócer de la justicia: «Épocas de oscuridad y deshonra que vivimos en el Veracruz de hace unos gobiernos, han sido una herencia que estamos superando con verdad, justicia, respeto a los derechos humanos y plena humildad; por ello, con humildad, vergüenza y sensibilidad nos sumamos a este evento de significación humana por parte del Gobierno de la República».
Pero ahí no terminó todo, su cinismo lo llevó a pronunciar las siguientes palabras: «Christian Téllez Padilla es un motor de este cambio institucional. Su vida verdaderamente nos inspira a quienes, desde el Gobierno del Estado de Veracruz, buscamos hacer que las instituciones cumplan como deben en el marco del respeto irrestricto a los derechos humanos». Habría que preguntarse, dentro de 10 años, ¿quién se disculpará por el asesinato de la alcaldesa de Jamapa, Florisel Ríos Delfín, a la que Eric Cisneros dejó morir en manos de criminales?
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