¿Cuál es la excusa? Pues que es un avión muy extravagante: «Ahora no lo podemos vender porque es extravagante… fue hecho especial: un avión que tiene posibilidad de transportar a 240 pasajeros pero que lo convirtieron en un avión para 80… porque tiene recámaras y tiene oficina y sillones, así que no son las sillas de los aviones comerciales… ahí se iba todo». Pero qué fácil es decir yo lo puedo hacer, yo lo puedo solucionar, yo lo puedo vender.
Por supuesto, el avión presidencial ya no debería ser problema pues ya se rifó y de las ganancias de esa rifa se pagó el avión, de modo que ahora o podían poner de adorno en algún parque de la Ciudad de México. O si les urgen los recursos, igual pueden volver a rifar el avión, ya ve que el pueblo bueno siempre les va a comprar sus boletos.