No habían pasado ni siquiera cinco minutos del encuentro de la semifinal de vuelta cuando los Pumas de la UNAM le habían anotado el primer gol al Cruz Azul. En ese momento los jugadores se ponían atentos, pero los esfuerzos se caían cuando al 39, otro gol movía las redes de los cementeros. La situación se complicaba, pues a los pumas le faltaban sólo dos goles para pasar, los del Cruz Azul sentían lo que siempre les pasa, la iban a cruzazulear.
Y así fue, pues dos goles más sellaron la derrota de la Maquina y los Pumas de la UNAM lograron pasar, pese a todos los pronósticos. Tras la histórica remontada, la afición celeste no se hizo esperar y luego del partido salieron varios videos de personas quemando la camiseta de su amado equipo.
Tristemente y de nueva cuenta, los cementeros se quedaron saboreando las mieles de la gloria y por confiarse o quizás por el embrujo en el que viven, el equipo se quedó otro año sin levantar la copa pese al buen torneo que tuvo. El Cruz Azul vuelve a su realidad.
Comentarios