A los compañeros de trabajo de los dos padres se les hizo extraño que no fueran al trabajo ya que nunca faltaban y decidieron poner en alerta a la policía de Knoxville, Tennessee. La Policía acudió a la casa, el lugar olía a una mezcla de productos químicos y un hedor a descomposición. Había sangre en las paredes, alfombras y ropa destrozada. En el piso de arriba los agentes encontraron una mano en la habitación. Los rastros llevaron a los oficiales a los cuerpos desmembrados de la pareja, los asesinaron a puñaladas.
El hijo trató de ocultar su crimen echando las extremidades de los cuerpos de sus padres en ollas con ácido pero no fue suficiente. En un cuaderno con la letra de Joel, estaban los detalles del plan para asesinar a sus padres.