*Crestas son cada vez más peligrosas en el País
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / DE ACUERDO al Diccionario Panhispánico de Refranes escrito por Delfín Carbonell Basset, “predicar con el ejemplo” indica que “uno debe hacer lo que quiere que hagan los demás”, y el ejemplo puede ser, a todas luces, el mejor método de enseñanza, pero ejercerlo con honestidad y decisión, de la forma más correcta o más idónea, resulta algo muy difícil de lograr. No obstante, también es algo que vale la pena y que puede darle sustancia a más de una vida, incluida la propia. Por ello, predicar con el ejemplo es lo más sabio que se puede transmitir, pues como bien lo dice Stephen Richards Covey, escritor, conferenciante religioso y profesor estadounidense conocido por su libro: “Los siete hábitos de las personas altamente efectivas”: -tus actos siempre hablan más alto y más claro que tus palabras-, porque los hechos son la forma de concretar lo que se dice y porque decir una cosa y luego hacer otra es auto-descalificarse. Si no interiorizas verdaderamente lo que expresas, jamás será una realidad, ya que, como lo no apuntaba el genio universal Albert Einstein: “dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera”. Por ello, no se vale expresar solo discursos trillados obligados por las circunstancias internacionales sino se tiene la convicción de lo que se dice, o si se incurre en lo contrario, porque hacerlo así te deja mal parado ante quienes en ti creen, ganándote el título del “gran mentiroso”.
Y EL tema viene a colación por el llamado que hizo el viernes el Presidente Andrés Manuel López Obrador a la sociedad a actuar de manera responsable durante las fiestas decembrinas para evitar el aumento de contagios por CoVid19, y no saturar hospitales, y en ese tenor presentó un decálogo de medidas para la población durante las festividades en donde se incluye no hacer fiestas ni reuniones con amigos y familiares, y reiteró que en caso de presentar síntomas como dolor de garganta, tos, fiebre, dolor de cabeza o de cuerpo se debe buscar atención médica a través del 911 o al 56-58-11-11, y aunque aclaró que se trata de una convocatoria respetuosa descartando que se vaya a imponer un toque de queda, el Jefe de las Instituciones Federales no predica con el ejemplo, ya que ni por un momento ha dejado de realizar sus improductivas giras al interior del País, más como un afán propagandístico para su partido de cara a los comicios del 2021 –que en muchos Estados ya está en plena efervescencia-, que por llevar ayuda a quienes más lo necesitan ya que, de antemano, no se reúne con la sociedad que desea tener contacto directo con su persona, en tanto que miles de damnificados de Chiapas, Tabasco y Veracruz siguen esperando ayuda tras las tormentas que se abatieron sobre aquellas Entidades, mientras que los hospitales siguen padeciendo la ausencia de medicamentos, incluso, retrovirales contra el VIH/Sida, y que decir de la tipificada violencia que solo reconoce en casos como homicidio doloso, feminicidios y extorsiones que son los de mayor impacto.
AMLO NO resuelve nada en sus giras, por el contrario, solo acude, como en Baja California, a impedir que capitales como las cerveceras se instalen –acaso protegiendo el negocio en el que se encaminan sus hijos que es la fabricación de cerveza artesanal-, u obstaculizar la producción de energías limpias en todas partes, contraviniendo acuerdos internacionales que buscan poner un alto a los contaminantes que están provocando severos daños al planeta, y que son causa del calentamiento global y, por supuesto, del incremento de huracanes y tormentas como ya lo hemos abordado en otros entregas. Pero AMLO –que ni siquiera usa cubrebocas en franco reto a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, propuso que “si no tenemos algo muy importante qué hacer, no salgamos a la calle. Siempre hay más gente en la calle en Diciembre, del 12 al 24” –pero debería ser él, en principio, quien suspenda giras. Tal vez lo que se debe reconocer es que a pesar del llamado a ser responsables, no establecerá medidas coercitivas, aunque debería hacerse en Estados donde el disparo del CoVid es ya insostenible, engendrando a diario nuevas crestas de contagios y muertes.
AMLO SOLO pide a los ciudadanos hacerse pruebas CoVid19 si presentan síntomas, además de evitar fiestas y reuniones con familiares y amigos por las festividades navideñas para evitar contagios, además de sugerir que las reuniones familiares sean solo con los que viven en la misma casa –como si estos no se contagiaran-. Pide además dejar los regalos de Navidad para otro momento, y recordó el trillado mensaje que hace mucho tiempo es una realidad: Recuerda, regalar afecto, cariño, amor, no lo compres”, como si el horno estuviera para bollos.
DICEN LOS expertos que, para predicar con el ejemplo, tenemos que estar muy convencidos de lo que queremos ser y hacer y, ahí sí, tratar de inculcarlo en los demás. Sin este primer y trascendental paso, será poco probable que podamos hacerlo. Y es que el binomio cerebro y corazón y la alianza razón y sentimientos será esencial para actuar en esa dirección. Porque no todo son pensamientos, racionalidad, ni conocimiento, y porque no todo son emociones y afectos. Se necesita coraje, entendimiento, pero también sensibilidad y mucho amor para realizar lo que se aconseja. Y es que la gente tiende a ser receptiva cuando encuentra a alguien que es consecuente. Es decir, cuando se percibe que alguien mantiene la coherencia entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace, porque todos necesitamos hechos, más que palabras. Acciones, más que simple retórica. Pero indudablemente, se necesitan personas convencidas de sus actos, porque “del dicho al hecho, hay mucho trecho”, y predicar con el ejemplo sin acción es como el árbol sin fruto.
POR ELLO el Presidente López Obrador debería poner el ejemplo, peor aun cuando es sujeto vulnerable por sus males, entre otros hipertensión y edad, y no solo repetir discursos que le escriben y que a regañadientes lee, alterándolo como lo hizo, sin seguir los renglones que le fueron diseñados para que fuera preciso, lo que hizo que terminara perdiéndose en la perorata en la que nunca ha creído. Por lo pronto, José Luis Alomía, director general de Epidemiología hace un llamado más enfático a la población a mantener las medidas de prevención que permitan romper las cadenas de contagio, como mantener la sana distancia, lavado de manos frecuente, uso de cubrebocas, ventilar la casa y el lugar de trabajo y no salir, sobre todo esto último debido a las crestas de muertes y contagios que cada vez son mayores, y por ello insiste en que es fundamental quedarse en casa si no se tiene una actividad relevante que realizar, y en ese tenor exhorta a la población a abstenerse de realizar actividades sociales y de gran concentración, porque esta es una de las principales medidas. Tajante sostiene: sólo se debe salir de casa cuando se tienen signos y síntomas de la enfermedad y si pertenezco a un grupo de riesgo, y por lo tanto debo ir a demandar atención médica oportuna. Otra razón para salir es para abastecerse de alimentos, pero como familia hay que organizarnos para que sólo sea una persona y que no pertenezca a los grupos de riesgo. OPINA [email protected]
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