Roberto Ramos Alor es una caricatura de secretario de Salud. Sus supercherías, darse limpias en el Congreso, lo anulan como un hombre de ciencia. Pero no sólo eso, permitir el saqueo metódico de los recursos de Salud que se está llevando a cabo por parte de los enviados de Eleazar Guerrero es criminal; se hace cómplice pasivo. Durante la pandemia los médicos le exigieron al secretario de Salud implementos y el material de protección adecuado para que ellos pudieran llevar a cabo su trabajo de atender a enfermos de covid-19.
En varias ocasiones los médicos salieron a protestar y ahí mostraron el material de protección que la Secretaría de Salud de Ramos Alor les brindaba; puro artículo “hechizo”, de mala calidad, mandado a hacer con proveedores que lo mismo hacen una lona para publicidad que una careta, cubrebocas o guantes de látex. Por supuesto muchos médicos prefirieron no arriesgarse; cada uno de ellos conoce su circunstancia. Otros médicos, que se arriesgaron, murieron infectados por covid-19. ¿Cuántos médicos muertos, que atendieron covid conoce usted?
Pues Ramos Alor quería más muertos y a los que no se arriesgaron pues el material o no les llegó o no era el adecuado, los llama traidores: «Es escabroso para nosotros como médicos, trabajadores de la salud, el hecho de que hayan trabajadores que se ampararon, y un juicio de amparo debe tener una justificación y aquí la justificación es ‘no atender pacientes de covid (…) Y eso da tristeza porque eso es una traición a la sociedad y a la patria».
Comentarios