Claudia Guerrero Martínez / La entrega que daremos a conocer indigna, molesta y provoca enojo por parte de funcionarios sin escrúpulos en la Secretaría de Salud de Veracruz. Y sobre este tema, familiares de víctimas pretenden demandar a la institución, misma, se ha convertido en una mina de oro, para hacer negocios, sin pensar en el daño que hacen en contra de pacientes y familias. En el Instituto Veracruzano de Salud Mental existen terribles irregularidades en la actual administración, entre ellas, las más preocupantes, las que tienen que ver con los pacientes. No pierdan de vista, lo que a continuación daremos a conocer y ser el aún Secretario de Salud de Veracruz, Roberto Ramos Alor y el Director Administrativo Jorge Eduardo Sisniega Fernández, quienes deberán explicar estas injusticias y omisiones a deberes legales.
Y nos comentan personas indignadas, quienes son fuente confiable y trabajan dentro de esta institución: “Además del maltrato y discriminación que sufren las pacientes mujeres en hospitalización, otra situación que se ha estado dando dentro de esta administración, es la existencia de un grupo de personal camillero, que se ha encargado de lucrar con las necesidades de los pacientes, ofreciendo de manera particular, ir por los enfermos que necesitan valoración y posible hospitalización, cobrando cuotas que van entre los $6 mil y 15 mil pesos. Lo preocupante de esto, es que este personal no tiene ninguna formación médica o de enfermería, aplicando medicamento inyectado a los pacientes, los inmovilizan y transportan sin ningún familiar o acompañante y sin la preparación, ni el material para resolver un problema que puede pasar por el medicamento”.
Como mujer y como periodista, me indigna saber que muchos de estos pacientes son mujeres a las que transportan solas, sedadas y si las atienden hasta el otro día, no se sabe dónde pasan la noche con este personal. Esta preocupación se le informó al Director, el Doctor Víctor Manuel Villanueva Hernández, hace ya varias semanas, quien nunca hizo nada y protege respaldando esta situación tan grave.
El día 24 de octubre, familiares de la paciente Martha “M” se presentaron en el Instituto Veracruzano de la Salud Mental para solicitar informes sobre los requisitos para el internamiento de una paciente y preguntar si el Instituto podía brindarles apoyo para trasladarla desde Tlapacoyan, Veracruz. En ese momento fueron abordados por personal de camilleros del Instituto, quienes portaban el uniforme y gafete, para ofrecerles el servicio de transporte de paciente y los familiares aceptaron, pensando que ese servicio era brindado por el Instituto.
Los miembros del personal fueron por la paciente ese mismo día, por la tarde. Al llegar, medicaron a la paciente para poder transportarla en un auto particular que utilizan; sin embargo, la paciente llegó al instituto hasta el día domingo por la mañana, para finalmente ser ingresada después del mediodía, sin tener claro dónde estuvo esa noche, dormida por medicamento y sin compañía de familiares.
El día lunes 26 de octubre, los familiares de la paciente le manifestaron su inconformidad a la Doctora Bárbara Vidal, encargada del área de hospitalización de mujeres, con respecto a la pérdida por horas de Martha “M”, así como el alto costo económico por transportar a su familiar, a lo cual la Doctora, tras obtener los detalles del suceso, notificó al Director Víctor Manuel Villanueva, quien hizo caso omiso y hasta este momento, no ha generado sanción o consecuencia alguna por dicha actividad, ni por el suceso, siendo así que ha encubierto y apoyado dicha situación por largo tiempo.
Los familiares están indignados, pretenden imponer una denuncia y que se realice una investigación para defender los derechos de las víctimas, ante un posible abuso sexual o de retención de pacientes, vulnerando su integridad y además, realizar abuso de autoridad al trasladar a una paciente en un automóvil particular y llevarla con rumbo desconocido, para el siguiente día, presentarla para ser ingresada.
Este Instituto Veracruzano de Salud Mental se ubica en el Cerro de Macuiltépetl, a un lado de las oficinas de SESVER. Ser por eso, que no nos explicamos cómo pillos sin escrúpulos están realizando negocios y hasta la violación de derechos de pacientes, convirtiéndose en víctimas. Y otras fuentes nos aseguran que en Orizaba, el mismo problema se detecta y hasta ser peor.
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